India continúa siendo el país del mundo con el mayor número de matrimonios de niñas, pese a que su ley obliga a que tengan al menos 18 años.
Pero casos como el de Monika demuestran que las cosas están cambiando y que la voz de estas niñas, aunque muy poco a poco, comienza a ser escuchada antes de permitir que sus infancias terminen demasiado pronto.
Naomi Grimley, de la BBC, viajó a Bikaner, en el noroeste de India, para conocer su historia.
En la mañana antes de cualquier boda hay muchos preparativos que hacer.
El pasado 4 de noviembre, Monika esperaba a ser peinada y maquillada. Se iba a poner su sari granate de boda, como manda la tradición.
Las joyas elegidas para la ocasión adornarían sus orejas y su nariz, y también cubrirían su cuello. Para esta boda india, sus manos también serían pintadas con complejos remolinos de henna.
No llamaba a un amigo, ni para comprobar que todo estaba listo en el lugar donde se iba a celebrar la boda. Nerviosa, Monika marcó cuatro dígitos: 1098.
Demasiado joven para casarse bajo las leyes indias, Monika quería detener su propia boda.