Arte, Ciencia y Literatura

Los imperdonables errores del joven Churchill

Antes de ser primer ministro, Winston Churchill ocupó cargos de relevancia. Sin embargo, la magnitud de sus errores y su actitud incendiaria le acabaron apartando del poder

En el imaginario colectivo, Winston Churchill es el titán que condujo a los británicos a la victoria en la lucha contra el nazismo. Tanto es así que, en 2001, cuando se produjeron los atentados del 11-S, el presidente George W. Bush evocó su ejemplo al hablar al pueblo estadounidense: “No flaquearemos, no descansaremos, no vacilaremos y no fracasaremos”. Estas palabras aludían a un conocidísimo discurso que Churchill, en febrero de 1941, dirigió a los norteamericanos.

Sin embargo, en 1940, al iniciar su mandato, muchos de sus conciudadanos británicos le veían bajo una luz muy distinta. En esos momentos era un sesentón fracasado del que se recordaban los numerosos errores que había cometido al ocupar cargos de responsabilidad. Por eso, el biógrafo Robert Rhodes-James, en 1970, subtitularía A Study in Failure (Un estudio sobre el fracaso) el libro que escribió sobre su vida anterior a la época de primer ministro.

 

 

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