Angela Merkel / Américo Valenzuela G

Por Américo Valenzuela G

Ex vocera oficial de las juventudes comunistas que alcanzó en el 2005 el poder tras la reunificación de su país gracias a la alianza de la UDC con la ultraderecha, la actual Canciller alemana Ángela Merkel-con título científico en física-nació en la Republica Socialista Democrática de Alemania-RDA-Alemania del Este, así recordamos esa mitad de nación quienes pudimos atravesar en tren, desde Moscú ó Bucarest-Rumania-, distintos portales del muro, pisar las avenidas secas o nevadas, y visitar las plazas de Berlín ó Hamburgo, que eran las dos ciudades de las dos alemanias a las cuales viajaba la mayor cantidad de estudiantes dominicanos becados por los países del campo socialista, especialmente para renovar pasaportes en nuestra embajada, ó hacer turismo de mochilas.

Diferente a Emmanuel Macron el presidente francés que contradice a Trump y que da la cabeza de la OTAN por moribunda, ella entregada en cuerpo y alma a los intereses de Occidente no se permitió vislumbrar que la propia Europa tenía un amo, que su país había sido doblegado de rodillas, que su tierra era parte de una gran colonia dirigida desde Washington. Al descubrirlo, se sintió torpe y contrariada, inútil. Pero está obligada a obedecer. A callar. Y a un abogado. Europa es a los Estados Unidos lo mismo que Latinoamérica: patio trasero.

En el ocaso de su exitosa carrera política y personal, puesto que hace años anunció que ya no continuaría más, y porque ya tiene sustituta, Ángela Merkel-quien se ensangrentó ambas manos con el golpe de estado contra Yanukovich en Ucrania, contra Assad en Siria, y en Libia contra Gadafi, se ha topado con grandes e inesperados escollos-no solamente los calambres y los temblores que la aquejan- por parte del gran aliado: Donald Trump le exige del presupuesto de su nación, reducir beneficios sociales, y más sacrificios y mayores aportes anuales a la OTAN, y Donald Trump le ordena con quien puede negociar su país y con quienes no, so pretexto de penalizarlos y someterlos a sanciones económicas,

Donald Trump y el Tesoro de USA ordena que cosas Alemania y Europa puede comprar y cuales vender, el precio, el cliente, y la calidad. Incluso a cuáles ciudadanos otorgar visas y a cuáles no. Ángela Merkel se pensó aliada y co-propietaria de la OTAN, pero desconocía la fuerza y las intenciones del amo verdadero. Y eso la ha sorprendido y desencajado. No se lo esperaba.

Hoy día, Donald Trump acaba de firmar la ley presupuestaria, extraterritorial, pues en ella incluyó penalizar a las empresas alemanas, francesas y europeas que participen en la construcción del gaseoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Europa. Ese negocio afecta los intereses del mismo negocio desde norteamerica, aunque favorece a toda Europa, los europeos no lo pueden realizar. A la fecha, ella no lo asimila. Y los pataleos no valen, no sirven.

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