Por: Rubén Moreta
Profesor UASD
La tarde-noche del sábado 27 de enero del 2018, fue memorable. Sentí orgullo de mi sanjuaneridad, porque más de veinte mil compueblanos “barriga verde”, ataviados de negro, acudieron a concentrarse al Arco del Triunfo y luego hicieron una gigantesca marcha por la vida, protestando contra las pretensiones del gobierno de Danilo Medina de autorizar la explotación de yacimientos mineros en la segunda llanura de mayor producción agrícola de la isla de Santo Domingo, que lo constituye el Valle de San Juan.
Henchidos de coraje, brotando sanjuaneridad, la multitud compuesta por niños, jóvenes, ancianos, hombres y mujeres en general, nos agolpamos en el Arco de Triunfo y luego iniciamos la citadina movilización, bajo la consigna de: agua sí, oro no.
Esta fecha pasará a la historia por haberse celebrado la movilización social intergeneracional más numerosa de los últimos años, desaprobando el interés de la minera canadiense Gold Quest de agredir nuestras flora y fauna, impurificar el río San Juan, contaminar la Presa de Sabaneta y el Canal José Joaquín Puello, incubar patologías cancerosas y cutáneas, y menguar las fuentes económica, que por siglos han sido la agricultura y ganadería.
Los sanjuaneros comparecimos a dicha protesta cívica vestidos de negro, evidenciando la aflicción que nos corroe por la infeliz decisión del Ministro de Energía y Minas, el neoliberal Antonio Isa Conde, de dar luz verde a la odiosa explotación minera en el Valle de San Juan, lo que daría paso a concretarse el peor crimen ecológico de la isla durante el bisoño siglo XXI.
Fue una movilización popular entusiasta y enérgica, que envía al Presidente Danilo Medina el mensaje que existe una decisión de acero de la provincia San Juan, donde el mandatario nació y se crio, -lo cual al parecer ha olvidado-, de impedir el despropósito de degradar nuestros suelos agrícolas, con una minería nociva, que va a contaminar y aminorar el agua en la llanura, envenenará las aguas subterráneas y agrede el principal sistema montañoso de la isla (la Cordillera Central).
San Juan dice no a la minería. Este pueblo no acepta ese regalo envenenado que nos quiere dar el Presidente Danilo Medina.
