Caracas quedó partida en dos por otra masiva marcha de partidarios del gobierno que cerró con un acto público en el que Maduro advirtió que no retrocederá ante lo que calificó de intento de golpe de Estado.
La guardia nacional lanzó gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a opositores que intentaron sin éxito llegar desde distintos puntos de la ciudad hasta la sede de la Defensoría del Pueblo.
En una de las confrontaciones Carlos José Moreno, de 17 años, recibió un tiro en la cabeza y horas después falleció en el hospital. El director del Hospital de Clínicas de Caracas, Miguel Salomón, informó a The Associated Press que el joven falleció tras ser sometido a una cirugía para extirparle el proyectil que había recibido cerca de las manifestaciones en la capital venezolana.
Melvin Sojo, quien fue criado como un hermano del joven, dijo a la AP que Moreno había salido de su casa para ir a jugar fútbol cuando presuntamente se vio en medio de una manifestación de partidarios del gobierno y fue herido por algunos de ellos, aunque esa afirmación no pudo ser confirmada de inmediato con las autoridades. Agregó que de acuerdo con declaraciones de testigos los disparos fueron hechos por uno de los sujetos que habían llegado al lugar a bordo de una motocicleta para impedir el paso de la marcha opositora.
En Washington, el viceministro para América del Norte y embajador ante la Organización de Estados Americanos, Samuel Moncada, dijo que el ataque al joven no ocurrió durante una manifestación sino en un acto delictivo del que no dio más detalles. Criticó que “esa tragedia pretenda ser usada en asuntos políticos y para magnificar la crisis venezolana”.
En tanto, una joven de 23 años también falleció de un disparo en el estado de Táchira.
Patricia Gutiérrez, alcaldesa de la ciudad de San Cristóbal -capital de Táchira- informó a AP que la joven fue herida mortalmente durante una manifestación reprimida por la policía con gases lacrimógenos y balas de goma. La alcaldesa relató que cuando los manifestantes intentaban evadir a la policía fueron emboscados frente a una plaza por hombres vestidos de civil que circulaban en motocicletas y les dispararon con armas de fuego.
La Fiscalía General identificó a la segunda víctima como Paola Ramírez.
A lo largo de las últimas tres semanas las protestas en Venezuela han dejado siete muertos, varias decenas de heridos y 241 detenidos.
Portando banderas venezolanas y camisetas blancas, los opositores se movilizaron desde la mañana por distintos puntos de Caracas, donde cientos de policías y guardias nacionales con equipos antimotines y tanquetas resguardaban las principales avenidas y las sedes del Ministerio de Relaciones Interiores y la Defensoría del Pueblo. Una veintena de estaciones del metro fueron cerradas por seguridad.
Los partidarios del mandatario venezolano también salieron a las calles. Al ritmo de música folclórica y salsa decenas de miles de empleados públicos y seguidores del gobierno, vestidos con camisetas rojas, tomaron las principales avenidas del oeste y centro de la ciudad en apoyo a Maduro.
“Tenemos que defender nuestra patria, defender la paz y defender a nuestro presidente Nicolás Maduro”, dijo Mariluz Soteldo, de 55 años, mientras marchaba por una avenida del centro de la ciudad.
Maduro acusó a sus adversarios y a Estados Unidos de promover un golpe.
“Hoy pretendieron asaltar el poder y los derrotamos otra vez”, dijo ante una multitud en el acto que puso fin a la marcha oficialista.
“Estamos desmantelando el golpe de Estado terrorista. Estoy decidido a defender mi patria y a defender al pueblo y no voy a retroceder ni un milímetro en la defensa de la verdad, de la constitución y de la paz”, manifestó el gobernante.
El martes Maduro había anunciado que algunos militares y civiles habían sido detenidos por su supuesta vinculación con un complot y que había activado un plan militar, pero no ofreció detalles de la operación. Durante sus cuatro años de mandato Maduro ha denunciado más de una docena de complots.
El plan militar fue rechazado por organizaciones humanitarias y opositores que señalaron a Maduro de tratar de intimidar a sus adversarios y amenazar a la población con represión para frenar las manifestaciones.
La situación en Venezuela ha generado preocupación entre varios gobiernos, incluido el de Estados Unidos, que exhortaron a Caracas a que garantice la realización de movilizaciones pacíficas y han pedido a los opositores no promover acciones violentas.
Al rechazar la activación del plan militar, el dirigente y excandidato presidencial Henrique Capriles dijo la noche del martes que la oposición responderá marchando pacíficamente para enfrentar el “autogolpe” que aseguró que dio Maduro a fines de marzo luego de dos sentencias en las que el Tribunal Supremo de Justicia asumió los poderes de la Asamblea Nacional y limitó la inmunidad de los legisladores. Aunque los fallos fueron revertidos no han cesado las protestas contra el gobierno.
Capriles dijo que la oposición mantendrá su presión para que se convoquen elecciones generales, se abra un canal humanitario para recibir alimentos y medicinas y se libere a los presos políticos.
En medio de la creciente tensión política Maduro anunció a inicios de semana que aumentará a 500.000 el número de civiles uniformados y que le entregará a cada uno un fusil, decisión que generó preocupación entre algunos gobiernos y entes internacionales.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo el miércoles en su cuenta de Twitter que instruyó a su canciller para que pida al secretario general de la ONU poner atención sobre la “preocupante militarización de la sociedad venezolana”.