Lo que está ocurriendo en esta zona con los “policías acostados” en medio de la carretera constituye un verdadero fenómeno social ya que mientras en tan corta distancia hay once de ellos en las avenidas que conducen a la zona norte y este del país no hay uno solo. Estas avenidas son mucho más transitadas que la carretera Sánchez y la velocidad permitida a los conductores es mayor.
Asimismo, en el tramo que lleva desde Santo Domingo a Azua, pasando por la ciudad de Baní, no hay un solo “policía acostado” en la carretera; sin embago el panorama cambia una vez el conductor llega a la población de Villarpando. A partir de ahí la presencia de estos llamados reductores de velocidad se incrementa hasta la llegada al rio Mijo y la comunidad de Juan Alvarez, en San Juan. El problema está realmenet en esta provincia.
En estas dos últimas poblaciones los policias acostados fueron construídos en las últimas semanas del mes de diciembre. No hay control ni criterio técnico. Los muros se levantan según la preferencia de los lugareños.
SERIO PELIGRO
Hasta donde se sabe son muchos los vehículos que han sufrido serios desperfectos al impactar con uno de estos muros. Generalmente no hay ninguna advertencia para el conductor, el cual es sorprendido. La peor parte la han llevado aquellos dominicanos que viajan por primera vez por dicho tramo carretero y que desconocen la existencia de los “policías acostados”.