Todavía se comenta “el papelazo” hecho por Vinicito Castillo la semana pasada, luego de su anuncio de que la familia Castillo renuciaría del gobierno si el presidente promulgaba el decreto con el reglamento de la ley 169-14, sobre la naturalización de los inmigrantes.
Fue una exageración del “del joven y fogoso” hijo de Vincho Castillo.
Pretender trazarle pautas al Presidente o ponerle un narigón fue una imprudencia. Ni su padre ha dicho nada, pero seguro que no compartió su exabrupto.
Hya que ser muy ingenuo, prepotente o “muy volao” para decirle al Jefe de un Estado, con amenazas, lo que debe hacer.
El “papelazo” de Vinicito fue porque el Presidente Danilo Medina emitió el temido decreto y no pasó nada. No hubo una sola renuncia. Y no podía ser de otro modo. La Fuerza Nacional Progresista (FNP) tiene varios ministerios, y seguramente muchos empleados en el gobierno; entonces no van a poner en juego su participació en la adminsitracion pública por un asunto que está en discusión. Vinicito lo tomó como algo personal, y así no es como se manejan esos asuntos.
De modo que Vinicito, que tiene su cara redonda, ahora le ha quedado larga. La falta de moderación es muy mala consejera.
