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¿Quedan brujas en San Juan de la Maguana?
San Juan de la Maguana.- Hubo una vez, que era un secreto a voces, la creencia de que en esta ciudad había varias brujas. Esta comarca se conoce en todo el país como un pueblo donde se practica la brujería, sobre todo en algunas famosas comunidades rurales, aunque se dice que en diversas casas de la zona urbana también se realiza dicha practica.
Pero la famosa bruja sanjuanera no es la mujer que tiene una bola de cristal para adivinar el futuro o una hechicera que realiza trabajos para crear buena suerte en la vida económica, sentimental y la buena salud.
La clásica bruja sanjuanera es clasificada como un mujer muy vieja, que se quita la piel en horas de la madrugada y que sale a esa hora a “chuparse” los niños del barrio, a los que le extrae la sangre, como una especie de Drácula caribeña.
El criterio de que ese tipo de brujas existía era muy común hasta los años 70 cuando fue desapareciendo el concepto.
De acuerdo con las creencias de antaño, muy conocidas en San Juan, la bruja se quitaba la piel de noche y la colocaba debajo de un caldero. El que deseaba liquidarla solo tenia que buscar ese caldero y echarle sal a la piel de la bruja, entonces cuando esta se pusiera su piel no podría estar tranquila debido a la picazón.
El tema de la bruja era tan común que algunas de ellas eran conocidas.En diversas familias se comentaba que “fulana” o “mengana” era bruja. Una forma de hacerle una mala jugada a una bruja era meterle una escoba debajo de la silla en la cual esta se sentaba. En una ocasión una de dichas señoras visito una familia y le aplicaron esa técnica. Dicen que la bruja dijo que se iba a las 5 de la tarde, pero a las diez de la noche no había podido salir de la vivienda porque se despedía, pero regresaba al minuto diciendo “yo no sé qué es lo que me pasa me despido, pero me quedo”.
Por supuesto, son muchas las historias que todos conocemos. En la calle Colon casi esquina José del Carmen Ramírez vivía una señora, muy vieja ya, negra, pelo blanco, que todo el mundo decía que era bruja. Se le conocía como “la vieja Nicó” y era el terror de los niños de aquella etapa. Muchos adultos también le temían. Y así, como ella, habo muchas mas. Lo que no se sabe es si en el San Juan de la Maguana de hoy quedan todavía de esas llamadas brujas que fueron, mas bien, un invento de la sociedad rural de la época.