Portada
Hoy se cumplen 62 años del golpe de Estado a Juan Bosch en 1963
Tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo en mayo de 1961, el Consejo de Estado que tomo el control del país tenía como uno de sus fines estabilizar la nación para convocar elecciones populares.

Santo Domingo, RD.-Esos comicios presidenciales se realizarían el 20 de diciembre del 1962 y serían los primeros que se organizarían de manera libre y democrática desde que Trujillo se instaló en el poder en agosto de 1930; el principal candidato a la Presidencia de la República era Juan Bosch, quien fue un opositor al régimen trujillista y recién había retornado del exilio.
La figura de Bosch comenzó a ganar aceptación ya que su nombre era uno de los más comentados entre las filas opositoras al “jefe” desde que fundó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en Cuba durante su exilio en 1939 y con un discurso en el que promovía la igualdad social, el opositor al régimen se convirtió en el candidato a vencer.
El día de las elecciones, Bosch y el PRD alcanzaron 619,491 votos para obtener un 58.7%, venciendo al doctor Viriato Fiallo y la Unión Cívica Nacional (UCN) quienes se quedaron con un 30.1%.
De inmediato, Bosch comenzó con sus intenciones de reformar la economía dominicana, que se encontraba en una crisis tras la salida de los Trujillo del país y durante su discurso de toma de posesión fue enfático en la necesidad de controlar los gastos gubernamentales.
“Los próximos meses serán de freno para muchos, porque estamos en el caso de evitar que las finanzas nacionales se nos desplomen a causa de gastos sin control. Pero vivimos en un país de grandes riquezas, que vende más de lo que compra, y si los dominicanos colaboran con el Gobierno en el propósito de no hacer gastos innecesarios, podemos vernos en poco tiempo sin limitaciones para el uso de divisas extranjeras”, manifestaba Bosch como si de un preámbulo de sus políticas se tratase.
Dentro de sus primeras medidas estuvo rebajar el sueldo de los funcionarios y del presidente, este último sufrió una reducción de 5000 a 500 pesos; además, ordenó la regulación de precios en la canasta familiar; la concesión de préstamos blandos a pequeñas industrias; la unificación de las políticas arancelarias; la producción de energía de bajo costo mediante hidroeléctricas y dispuso un reenfoque social y económico del sector de la pesca.
Por igual dispuso la creación de un Plan Nacional de Alfabetización, la cobertura de la sanidad pública, la Creación de una zona franca en Puerto Plata y de escuelas vocacionales y becas para estudios superiores en el extranjero.
Con esas medidas, Bosch pretendía eliminar la disparidad económica, sin embargo, esas mismas disposiciones hacían sentir a los sectores de poder y la oligarquía fuera del poder. Ese sentimiento se acrecentó cuando se promulgó la nueva Constitución de 1963, la cual contemplaba la libertad sindical, condenaba el latifundio, prohibía a los extranjeros poseer tierras en el país y la Ley que establecía un tope para el precio del azúcar.
Esa Carta Magna hacia que los empresarios, la iglesia y los militares perdieran su influencia sobre el Poder Ejecutivo y los ciudadanos. Los recortes de los periódicos de la época señalan que fue ese mismo sentimiento lo que provocó que la posibilidad de un “golpe de estado” se volviera un “secreto a voces” con el pasar de los meses se hiciera cada vez más latente.
Los golpistas, según el mismo Bosch, recibieron el apoyo del Gobierno norteamericano, temiendo que ocurra una revolución social en el país parecida a la ocurrida en Cuba apenas una década antes.
Ya para la noche del 24 de septiembre de 1963, todo parecía cuestión de tiempo; Bosch se encontraba disfrutando del asueto por el día de la Virgen de las Mercedes viendo una presentación del Ballet Folklórico de México en el campamento 27 de Febrero cuando de repente fue solicitado para dirigirse al Palacio Nacional porque los jefes de las Fuerzas Armadas deseaban conversar con él.
Todo estaba consumado y esa madrugada del 25 de septiembre, dos días antes de cumplir los siete meses al frente del Poder Ejecutivo, el golpe de estado se había ejecutado y Bosch había sido derrocado.
Al amanecer, los medios anunciaban el golpe de Estado. “Deponen a Juan Bosch de Presidencia… Triunvirato asumirá el poder…”. El profesor Juan Bosch fue apresado por los militares.
Una carta de despedida
Bosch escribió una carta que se publicó el 26 de septiembre, antes de su exilio la cual título “Al pueblo dominicano: Ni vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle, se logrará de nosotros cambiar nuestra conducta”.
La carta decía lo siguiente:
Nos hemos opuesto y nos opondremos siempre a los privilegios, al robo, a la persecución y a la tortura. Creemos en la libertad, en la dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y a desarrollar su democracia con libertades humanas pero también con justicia social.
En siete meses de Gobierno no hemos derramado una gota de sangre ni hemos aceptado que un centavo del pueblo fuera a parar a manos de los ladrones. Hemos permitido toda clase de libertades y hemos tolerado toda clase de insultos porque la democracia debe ser tolerante.
Pero no hemos tolerado persecuciones ni crímenes ni torturas ni huelgas ilegales ni robos, porque la democracia respeta al ser humano y exige que se respete el orden público y demanda honestidad. Los hombres pueden caer, pero los principios no. Nosotros podemos caer, pero el pueblo no debe permitir que caiga la democracia. La democracia es también del pueblo y a él le toca defenderla. Mientras tanto aquí estamos, dispuestos a seguir la voluntad del pueblo”.
Las consecuencias
Bosch partió al exilio días después y un triunvirato conformado por Emilio de los Santos, Ramón Tapia Espinal y Manuel Enrique Tavárez Espaillat, y luego presidido por Donald Reid Cabral, asumió el control del Poder Ejecutivo.
Por los siguientes 19 meses, el triunvirato tuvo que lidiar con una serie de situaciones y levantamientos armados que luego desencadenaron en la guerra civil de abril de 1965, donde el país se dividió en dos bandos; aquellos que buscaban el retorno de Bosch, y la constitución de 1963, al poder y los que defendían al actual sistema.
Ese enfrentamiento civil trajo consigo la segunda intervención norteamericana en el país; las tropas estadounidenses saldrían de territorio dominicano en septiembre de 1966 luego de que se alcanzara un acuerdo de paz que permitiría la celebración de nuevas elecciones, en las que Bosch no participaría.
Joaquín Balaguer, una de las principales caras del régimen trujillista y uno de sus presidentes títeres, resultaría ganador en esas elecciones y estaría a cargo de la Presidencia de la República de manera ininterrumpida hasta 1978.
listindiario