Opinión
¿Quijá Quieta o Quijada Quieta? / Cassandro Fortuna
Y aquí quiero remitirme directamente a lo que dicen al respecto los estudios lingüísticos avanzados
Por Cassandro Fortuna
Hoy quiero referirme por segunda vez al tema que alude el presente articulo.
En San Juan de la Maguana hay un viejo barrio, muy populoso, fundado hace muchas décadas cuyo nombre es Quijá Quieta. Así fue conocido por décadas.
Sin embargo, con el paso del tiempo, en la medida que la gente se ha ido educando académicamente ha surgido una corriente escolástica que pugna por cambiar el nombre original del barrio. Y en lugar de Quijá Quieta insisten en llamarlo Quijada Quieta.
Yo no sé qué va a pasar finalmente, si el barrio cambiará su nombre o no; pero sí quiero decir que de acuerdo con la sociología del lenguaje quienes tienen esa pretensión están luchando en contra de la propia historia de esa barriada, que nació con un nombre propio, puesto por ellos, fruto de su realidad social.
Y aquí quiero remitirme directamente a lo que dicen al respecto los estudios lingüísticos avanzados.
Quijá Quieta es un nombre que está correcto desde las perspectivas de la sociolingüística, y se corresponde con la forma de ser y de hablar de un segmento de la población, que por lo menos en los orígenes de dicha barriada, procedía de la zona rural, y su manera de expresarse no se regía por ningún tipo de normativa gramatical.
En lingüística se reconoce lo que se llama la corriente anomalista del idioma. Esta es diferente a la corriente normativa.
La corriente anomalista es social. La normativa, académica.
La corriente anomalista estudia el habla desde el punto de cómo se expresa la gente. La corriente normativa lo hace desde la óptica de lo que es correcto según la gramática.
Así, para los que somos partidarios de la corriente socio-lingüística del habla el nombre Quijá Quieta esta correcto. Es un nombre propio, hijo de unas circunstancias históricas que le dan un sentido comunicacional. Tan pronto escuchamos decir Quijá Quieta sabemos que se trata de un sector barrial nacido de las misma entrañas del pueblo porque se trata de una expresión popular a la que no le ha importado lo que diga la normativa gramatical.
Y por más que esta ultima se estrelle o pataleé no tiene como luchar contra un nombre que es una creación popular. Cambiarlo seria desnaturalizarlo.
A mas de eso, los nombres propios no están sujetos a reglas gramaticales. Por ejemplo, David se escribe con D al final, pero si alguien quisiera declarar su hijo con el nombre de Davit, con T al final nadie podría decirle que el nombre esta incorrecto porque se trata de un nombre propio, es decir, de una creación, y las creaciones no están sujetas a ningún tipo de normas. Esta corriente estudia el habla de la gente desde su contexto social.
Así se ha observado que uso de las palabras y la forma de expresarse coloquialmente varia de una persona a otra dependiendo de su contexto socioeconómico. Por ejemplo, no es raro que la persona que pertenezca a un segmento socio-cultural alto llame enteritis a lo que la gente del pueblo llama “diarrea”. Eso lo explica la socio lingüística, como ya dijimos.
En fin, no continuemos cambiándole su nombre original a Quijá Quieta. Ese nombre es el que tiene sabor a pueblo. El otro, Quijada Quieta, es plástico y, quiérase o no, contribuye a ocultar la realidad socio-económica y política de que se trata de una barriada (con una historia humilde y muy humana) que se creó con personas que emigraron del campo a la ciudad hace más de 100 años.
___________________
El autor es periodista director de El Granero del Sur