Arte, Ciencia y Literatura
In memoriam a las víctimas de la negligencia humana/ Miguel Collado
Se rebela la muerte contra la alegría humana, vestida de lúgubre tristeza,
Por Miguel Collado
Fueron tantos los jóvenes fallecidos bajo los escombros dejados por el desplome del techo de la discoteca Jet Set que mi imaginación ha abierto mis ojos y, a distancia, he visto llorar a tantas madres que de mis ojos también han caído lágrimas de solidaridad humana.
También han visto mis ojos, a distancia, lágrimas brotando de los ojos de hijas, de hijos y de amigos de fallecidos que jamás volverán, aunque nunca dejaremos de escuchar, ahora con tristeza, ese “Volveré” tan bien cantado por el inmenso merenguero, ahora inmortal, Rubby Pérez.
In memoriam a todos esos fallecidos que, por su admiración a Rubby, fueron allí persiguiendo la alegría, pero solo encontraron la tristeza que con la muerte todo lo ensombrece. Con estos versos expreso mi dolor solidario ante tan conmovedora tragedia.

LA MUERTE*
Llega la muerte
cuando sólo pensamos en vivir,
cuando más ignoramos
su funesta existencia.
Inesperada,
burladora,
evasiva
y silenciosa:
así es la muerte.
Sólo un suicida quizá
o una mano asesina
apresura su inevitable
y oscuro paso,
su fría y mortal presencia.
Solo Dios contradice su designio.
TIRANA LA MUERTE*
¿Quién sabe de la muerte un átomo?
¿Quién visitó su hogar remoto
y retornó ileso,
con células vivientes,
venciéndola, doblegándola
como tierno bambú hindú
que mueve el viento?
Ella, la parca,
es parca en su andar,
no tiene prisa ni agonía,
pero siempre llega.
Luchar contra la muerte
es luchar contra la nada.
La muerte, la tirana
que impone su código,
llega, pasa y deja
un hilo negro de amargura
que sólo deshace el tiempo.
Para qué ignorarla
si, al final,
en el autobús nos alcanzará.
ELEGÍA AL CANTOR RUBBY PÉREZ
Se rebela la muerte
contra la alegría humana,
vestida de lúgubre tristeza,
fugaz como siempre,
artera como siempre,
cortante como afilada katana.
Ella, convertida en tragedia encementada,
impone su furia cayendo,
talando vidas humanas
en medio de la noche iluminada,
convirtiendo en dolor la esperanza,
dejando una larga estela de tristeza profunda
que recorre barrios, pueblos, ciudades, fronteras,
y se instala en todos los corazones solidarios del mundo.
La tragedia traída por la muerte agazapada
llegó al Jet Set, implacable,
con su furia y su designio:
sembrar el dolor en cada pecho habitado
de vida, de amor solidario.
Ya lo sabemos:
la muerte cabalga siempre
con su equipaje de dolor
y de lluvia salada,
que no es agua,
sino goteante herida
atravesando corazones.
Tú jamás volverás, Rubby Pérez,
porque solo vuelve quien se ha ido.
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*De mi obra inédita Cantos de dolor: elegías
Por Miguel Collado