
Su agradable y bien timbrada voz se puso como freza en el pastel del “Deporte Rey” en el país y será echada de menos.
Con él también se va uno de los últimos miembros de una irrepetible generación de narradores que hicieron más grande nuestro béisbol, entre los que saltan a la vista Billy Berroa, Lilín Díaz, Félix Acosta Núñez y Pappy Pimentel.
José Antonio Arismendy López Quintero nació en Santiago en 1940, pero a los dos meses la familia se trasladó a Pimentel, en cuyo municipio de la provincia Duarte fue declarado e hizo vida.
El béisbol no solo lo narró como pocos, sino que lo jugó. En su juventud fue torpedero de la selección de su pueblo en los torneos amateurs municipales y provinciales de entonces.
“El Único”, como fue apodado por sus compañeros de transmisión del conjunto de las Águilas Cibaeñas, en realidad se inició como narrador en el torneo otoño-invernal dominicano con las Estrellas Orientales y los Leones del Escogido.
Fue en el año 1981 cuando es integrado al staff de la cadena cibaeña, donde se consolidó como uno de los narradores más destacados en la historia de la República Dominicana.