Opinión
Derroche en la compra de vehículos, equipos y maquinarias pesadas/ Alfredo Cruz Polanco
Muchos de estos equipos y maquinarias son tirados al abandono, generando el famoso “desguace,” esto es, desmantelar y vender los mismos por piezas a particulares, lo que constituye un crimen de lesa patria y un acto de corrupción
Por Alfredo Cruz Polanco
alfredocruzpolanco@gmail.com
Todos los años y en todos los gobiernos, nuestro país se da el lujo de invertir grandes sumas de dinero en la compra de flotillas de vehículos de lujo, de alta gama y de alto consumo de combustibles; de maquinarias, equipos (tractores, gredars, buldóceres, compactadores, retroexcavadoras, camiones, ambulancias, camiones, volquetas, equipos agrícolas, grúas, autobuses, plantas eléctricas, equipos de hospitalarios, palas mecánicas, entre otros), que luego son abandonados en muy buenas condiciones por los diferentes ministerios de Obras Públicas, Agricultura, Salud Pública, el Indrhi y otros más.
Muchos de estos equipos y maquinarias son tirados al abandono, generando el famoso “desguace,” esto es, desmantelar y vender los mismos por piezas a particulares, lo que constituye un crimen de lesa patria y un acto de corrupción.
Si en nuestro país, existieran verdaderas escuelas vocacionales, con el apoyo del Infotep y formaran técnicos calificados en mecánica pesada e industrial, todos esos equipos, maquinarias y vehículos se podrían recuperar, con lo que el país se ahorraría millones de dólares, pero para eso se requuere de una férrea voluntad política, que es lo que nunca ha existido.
En todas estas instituciones públicas podemos observar una gran cantidad de ambulancias y vehículos (Salud Pública), maquinarias y equipos pesados (Obras Públicas), tractores y equipos de arados (Agricultura, al igual que en el Indrhi, que luego son vendidas como chatarras a precios irrisorios o son dados de baja en la Dirección General de Bienes Nacionales, que es una institución que se presta para todo tipo de actos pecaminosos.
Se puede estar o no de acuerdo con el sistema de gobierno de la República de Cuba, pero allí sí existen verdaderas escuelas vocacionales e industriales, donde forman a muchos técnicos y mecánicos industriales para la reparacion de todo tipo de maquinarias y vehículos pesados; allí el más mínimo equipo es reparado y recuperado.
Se podría decir que por la grave crisis económica que afecta a esa hermana nación del Caribe, fruto del bloqueo económico y financiero, que por más de 60 años le tiene colocado Estados Unido a ese pais, así como por los tantos fenómenos atmosféricos que la afectan, como los más recientes ciclones, que le causaron muchos daños, ellos se han visto obligados a sacar de abajo, pero la realidad es que allí no se observan esos equipos y maquinarias, abandonadas.
Hemos sido testigo de ello en las distintas visitas oficiales y profesionales que hemos realizado. La muestra de ello es que ese país aún mantiene una flotilla de vehículos de los años 30, 40 y 50, en perfectas condiciones, lo que representa una de su mayor riqueza, pues para ello han formados muchos mecánicos y torneros que fabrican todo tipo de piezas. ¿Por qué aquí no podemos hacer lo mismo?
Nuestro país puede hacer uso de parte de los recursos del 4% de educación para contratar a técnicos cubanos para que vengan a formar a mecánicos y técnicos en maquinarias pesadas, con el apoyo del Infotep, del Ministerio de Defensa y del sector privado, en las diferentes escuelas vocacionales del país, para que los mismos sean reparados y puestos en servicios, con lo que el país se ahorraría millones de dólares, evitando el escape de divisas.
También podemos contratar técnicos y mecánicos a través de un acuerdo con el gobierno de Brasil, donde existen grandes escuelas e institutos técnicos en mecánica industrial. El actual presidente de ese hermano pais, Luis Ignacio Lula da Silva, es uno de los mejores torneros, egresado de uno de esos prestigiosos centros de la metalmecánica e industrial, el cual logró presidir la Central de Trabajadores de ese país.
Hay que diseñar un plan de austeridad y no continuar querer comprar todos los vehículos, equipos y maquinarias nuevos, en cuyas transacciones siempre existen grandes comisiones. Nuestro país no puede continuar dándose el lujo de tirar los recursos por la borda a base del endeudamiento externo.
Por último, tenemos los miles de vehículos y motocicletas retenidos por la Policía Nacional, almacenados en el Canódromo, a los que se les debe buscar una salida, pues no se retiran, ni se subastan, al igual que los bienes incautados por la Dirección General de Control de Drogas (DGCD), vehículos de lujos, aviones, barcos, yates, lanchas, etc., los cuales se están deteriorando, sin que se tome ningún tipo de medidas que beneficien al país.
El autor es Contador Público Autorizado y
Máster en Relaciones Internacionales
Ex diputado al Congreso Nacional y
Miembro de la Cámara de Cuentas de la República 2010-2016