Opinión
LA SEXTA OLA / Pavel De Camps Vargas
De la energía hidráulica a la inteligencia artificial: un viaje a través de las revoluciones que han moldeado nuestro mundo y una mirada al futuro que nos espera. La revolución de la Inteligencia Artificial y la Digitalización que redefine nuestra era, y el horizonte de una Séptima Ola de innovación transformadora
Por: Pavel De Camps Vargas
Para El Granero del Sur
En el transcurso de la historia, la humanidad ha experimentado olas de cambio tecnológico que han transformado radicalmente la sociedad. Estas olas, impulsadas por innovaciones disruptivas, han acelerado el ritmo del progreso y han redefinido la forma en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos. Hoy, nos encontramos inmersos en la sexta ola, marcada por avances sin precedentes en inteligencia artificial y digitalización. Al mismo tiempo, se vislumbra en el horizonte una séptima ola que promete cambios aún más profundos. Pero para comprender la magnitud de este cambio, es esencial revisar las olas anteriores que han impulsado el progreso humano.
Primera ola: la energía hidráulica y el nacimiento de la industria moderna
Durante la primera ola de la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII, la energía hidráulica fue fundamental para la fabricación de papel, textiles y productos de hierro. Grandes represas alimentaban turbinas a través de complejos sistemas de correas, permitiendo aumentar la producción y eficiencia. Los avances en el sector textil dieron lugar a la primera fábrica moderna, y las ciudades comenzaron a expandirse a su alrededor. Este período sentó las bases para la industrialización y la urbanización, transformando economías agrarias en sociedades industriales.
Segunda ola: el ferrocarril, el vapor y el acero
Entre 1845 y 1900, el mundo experimentó una transformación radical con la llegada del ferrocarril, el vapor y el acero. La industria ferroviaria impactó a innumerables sectores, desde el hierro y el petróleo hasta el cobre. El ferrocarril no solo revolucionó el transporte, sino que también facilitó la expansión territorial y económica. Grandes monopolios ferroviarios surgieron, moldeando economías y políticas a escala global.
Tercera ola: electricidad y comunicación telefónica
La primera mitad del siglo XX fue dominada por la electrificación y la comunicación telefónica. La introducción del Modelo T de Henry Ford y la implementación de la cadena de montaje transformaron la industria automotriz. Los automóviles se convirtieron en símbolos de progreso y estuvieron estrechamente vinculados con la expansión de las metrópolis, especialmente en Estados Unidos. La electricidad no sólo iluminó hogares y ciudades, sino que también permitió la proliferación de tecnologías que mejorarían la calidad de vida.
Cuarta ola: La aviación y la revolución en los viajes
Tras la Segunda Guerra Mundial, la cuarta ola estuvo caracterizada por la revolución de la aviación. El desarrollo de aviones a reacción permitió reducir significativamente los tiempos de viaje. En 1958, la aerolínea Pan Am inauguró el primer servicio regular de pasajeros a reacción entre Nueva York y París. El tráfico aéreo mundial pasó de 28 millones de pasajeros en 1950 a más de 310 millones en 1970. La aviación emergió como una fuerza revolucionaria en el ámbito de los viajes y el transporte. Los aviones acortaron distancias y conectaron al mundo de maneras antes inimaginables. Esta ola impulsó el comercio internacional, el turismo y abrió las puertas a una nueva era de globalización.
Quinta ola: la era de internet y la información
Con la aparición de Internet a principios de los años 1990, las barreras a la información se derrumbaron. En 1990, sólo había 2.6 millones de usuarios de Internet en todo el mundo; para 2000, este número había aumentado a 413 millones, y en 2020 superó los 4.5 mil millones. Los nuevos medios cambiaron el discurso político, los ciclos de noticias y la comunicación. Internet marcó el comienzo de una nueva frontera de globalización, un paisaje sin fronteras de flujos de información digital. Plataformas como el correo electrónico y las redes sociales redefinieron la forma en que interactuamos, trabajamos y accedemos al conocimiento.
Sexta Ola: Inteligencia Artificial y Digitalización Total
Actualmente, estamos inmersos en la sexta ola, marcada por la inteligencia artificial (IA), la digitalización de la información de las cosas (IdC), la robótica y los drones. La IA, cuya base conceptual se remonta a la década de 1960, ha experimentado avances significativos gracias a las redes generativas antagónicas (GAN) y los transformadores. En 2017, se introdujeron modelos como GPT, que allanaron el camino para asistentes virtuales avanzados. En 2022, el lanzamiento de ChatGPT aceleró la adopción masiva de la IA para tareas cotidianas.
La IA está siendo integrada en productos y servicios en tiempo récord. Según estimaciones, las “eficiencias impulsadas por la IA” se verán en todos los sectores ya en 2025. Se espera que el mercado global de IA alcance los $190 mil millones para 2025, impulsando mejoras en productividad, reducción de costos y creación de nuevos modelos de negocio.
La automatización de sistemas, el análisis predictivo y el procesamiento de datos a gran escala están transformando industrias como la manufactura, la salud, las finanzas, el transporte y la educación. Los bienes y servicios físicos se están digitalizando, y el tiempo para completar tareas se reduce drásticamente. Por ejemplo, la robótica avanzada permite que líneas de producción funcionen 24/7 con mínima intervención humana, aumentando la eficiencia y reduciendo errores.
La tecnología limpia también está cobrando protagonismo en la sexta ola. Los costos de la energía solar fotovoltaica han disminuido en un 89% desde 2010, y la capacidad instalada de energía eólica ha aumentado significativamente y están emergiendo como pilares fundamentales para un futuro sostenible. Estas tecnologías están desempeñando un papel crucial en la transición hacia una economía baja en carbono y en la lucha contra el cambio climático.
La velocidad de adopción tecnológica: un ciclo en aceleración
Los ciclos de innovación no solo se están volviendo más frecuentes, sino que también están siendo adoptados por la sociedad a una velocidad sin precedentes. Mientras que la primera ola duró medio siglo, las innovaciones digitales actuales se generalizan en apenas unos años.
Consideremos algunos ejemplos:
Año de Invención | Tecnología | Año de Adopción Masiva | Años Transcurridos |
Década de 1890 | 📻 Radio | 1920 | 30 |
Década de 1920 | 📺 Televisión | 1950 | 30 |
1970 | 🌐 Internet | 1994 | 24 |
1971 | ✉️ Correo electrónico | 1997 | 26 |
1973 | 📞 Teléfonos móviles | 2000 | 27 |
1994 | 📱 Teléfonos inteligentes | 2010 | 16 |
1996 | 💾 USB | 2005 | 9 |
La radio y la televisión tardaron alrededor de tres décadas en pasar de su invención a su uso generalizado. En contraste, los teléfonos inteligentes alcanzaron la adopción masiva en solo 16 años. Este patrón sugiere que la IA generativa y otras tecnologías emergentes podrían integrarse en nuestra vida cotidiana mucho más rápido de lo que pensamos.
¿Qué Nos Depara la Séptima Ola?
Mirando hacia el futuro, la séptima ola podría estar definida por la convergencia de la biotecnología, la nanotecnología y la computación cuántica. Esta combinación tiene el potencial de transformar fundamentalmente nuestra sociedad y resolver problemas complejos a nivel global.
- Biotecnología: Los avances en edición genética, como CRISPR-Cas9, están permitiendo manipular el ADN con precisión. Esto podría conducir a curas para enfermedades genéticas, producción de alimentos más eficientes y soluciones para el cambio climático a través de organismos que capturan carbono. Se estima que el mercado global de biotecnología alcanzará los $727 mil millones para 2025.
- Nanotecnología: La capacidad de manipular la materia a nivel atómico abre posibilidades para crear materiales con propiedades extraordinarias, como superconductores a temperatura ambiente, nuevos catalizadores y sistemas de entrega de fármacos más eficaces. El mercado de la nanotecnología podría alcanzar los $125 mil millones para 2025.
- Computación Cuántica: Promete resolver problemas que están más allá de la capacidad de las computadoras clásicas. Esto podría revolucionar campos como la criptografía, el diseño de fármacos y la optimización de sistemas complejos. Se espera que la computación cuántica alcance una madurez práctica en la década de 2030.
La convergencia de estas tecnologías podría dar lugar a avances sin precedentes en medicina personalizada, energía limpia, materiales avanzados y comunicaciones ultra seguras. Por ejemplo, podríamos ver el desarrollo de bioordenadores que utilizan moléculas orgánicas para procesar información, o interfaces cerebro-computadora avanzadas que permiten una comunicación directa entre el cerebro humano y dispositivos externos.
Sin embargo, esta séptima ola también plantea desafíos éticos y sociales significativos. La manipulación genética y la integración de tecnologías en el cuerpo humano generan debates sobre la identidad, la privacidad y la equidad. Será esencial establecer marcos regulatorios y éticos sólidos para abordar estos desafíos y garantizar que los avances beneficien a toda la humanidad.
Implicaciones sociales y la importancia de la adaptación
El rápido avance tecnológico presenta desafíos para la sociedad. La automatización y la IA podrían desplazar empleos tradicionales, requiriendo una adaptación en las habilidades laborales. Según el Foro Económico Mundial, para 2025, se estima que 85 millones de empleos podrían ser desplazados por la automatización, pero se crearían 97 millones de nuevos roles adaptados a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos.
La educación y la formación continua serán cruciales para preparar a la fuerza laboral para los empleos del futuro. La inversión en educación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y en habilidades digitales será fundamental. Además, habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad y la inteligencia emocional serán cada vez más valoradas.
Es esencial que las políticas públicas y las empresas trabajen juntas para facilitar esta transición, garantizando que los beneficios de la innovación tecnológica se distribuyan de manera equitativa y que nadie se quede atrás.
La sexta ola ya está aquí, transformando la manera en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Al mirar hacia atrás, vemos un patrón de innovación que ha acelerado el ritmo del progreso humano. La próxima ola promete cambios aún más profundos y nos desafía a estar preparados.
La historia nos muestra que cada ola de innovación tecnológica acelera el ritmo del cambio y reduce el tiempo entre cada hito. La sexta ola, impulsada por la inteligencia artificial y la digitalización avanzada, ya está transformando nuestra sociedad a un ritmo sin precedentes. La séptima ola, con la convergencia de la biotecnología, la nanotecnología y la computación cuántica, promete llevarnos a una nueva era de posibilidades.
Es fundamental que abordemos estos avances con una visión responsable, considerando los impactos sociales, éticos y ambientales. La colaboración internacional, la regulación informada y la educación serán clave para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos. Al prepararnos para la séptima ola, tenemos la oportunidad de construir un futuro más sostenible, equitativo y próspero para todos. Es un momento emocionante para ser parte de esta evolución. La clave está en abrazar el cambio, fomentar la innovación responsable y trabajar juntos para construir un futuro que beneficie a toda la humanidad.