Opinión
Nos están robando la paz / Rafael Acosta
Aquí ahora se asesina a su gente, se le despoja a las personas de sus pertenencias a punta de pistola y ahora ¡oh sorpresa! van hasta los propios locales comerciales y atracan a mano armada
Por Rafael Acosta
San Juan de la Maguana, el municipio cabecera de la provincia San Juan, en la Región Sur de la República Dominicana, es un lugar de hombres laboriosos, mujeres encantadoras, donde se nos conoce como barriga verde y por ser gente que no tenemos mala cara…»si no tenemos hambre», pero «San Antonio», nos están robando la paz…
Hace mucho tiempo… San Juan de la Maguana además de lo antes expuesto, conocido también como el Granero del Sur, fértil valle, tierra indígena y aborigen, pero también Ciudad de Dios, tierra de paz y donde respiramos aire puro, donde antes se podía caminar por las calles sin miedo, en tranquilidad y en paz, pero ahora se está convirtiendo en un pan demonio la delincuencia y la inseguridad, tanto que pudiéramos pensar que estamos en otra localidad del país, no la nuestra. Aquí ahora se asesina a su gente, se le despoja a las personas de sus pertenencias a punta de pistola y ahora ¡oh sorpresa! van hasta los propios locales comerciales y atracan a mano armada, como el ocurrido anoche en el Colmado Marisol del sector hermanas Mirabal, Mirador Norte.
Maldita sea… nos están robando la paz… autoridades civiles y militares por favor, se hace urgente que nuestros habitantes vuelvan a sentirse seguros de transitar por nuestras calles a cualquier hora del día, sin temor a que le vayan a arrebatar sus motocicletas, celulares, carteras o algunos otros objetos que llaman la atención de los pillos que sin importarle de quién se trate, estatus social, edad o género, andan en las calles como si fueran dueños y señores buscando lo que no han guardado y menos trabajado.
Porque «nos están robando la paz…» se hace urgente y necesario que la Policía Nacional tome el control absoluto de nuestras comunidades, pongan el orden y el respeto donde se ha perdido y devuelvan la paz a tantas mujeres, niños, adultos mayores y hombres de buena voluntad, que día a día se levantan a buscar el sustento propio de ellos mismos y de sus dependientes de manera honrada.
Ya es tiempo de recuperar la paz que nos están robando dos o tres pillos rastreros que apunta de pistolas están sembrando el miedo y el pánico en una ciudad que era envidiada por otras demarcaciones por su paz y tranquilidad, es hora de poner a raya a los delincuentes que «nos quieren robar la paz».
El autor es periodista
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