Opinión
¿Qué sabes del cerebro sistémico? / José Miguel Gómez
Sabías que existen personas que no utilizan de forma potencializadora su cerebro. Otros lo utilizan poco, o no saben priorizarlo, enfocarlo y sacar de su cerebro todo el recurso que posee. En estos tiempos de distracción, visibilidad, chateo, entretenimiento, la mayoría de las personas no hacen su tarea de sacar el mejor provecho de su cerebro. Hoy sabemos que existe el cerebro intelectual, el emocional y el supervivencial. Existen personas que usan más un cerebro que el otro. Es decir, hay personas que utilizan más su cerebro intelectual y racional, o sea, su área pre-frontal que les ayuda más a discriminar, a usar el juicio crítico y las funciones ejecutivas. Sin embargo, otras personas son más emocionales, más buscadoras del placer.
El ser humano es intelectual porque razona, piensa, evalúa, controla impulsos emocionales, se auto-observa, piensa en el futuro; crea propósitos, objetivos, metas, se puede auto-motivar y tener auto-determinación de su estilo de vida, todo eso se encuentra en área neocórtex. Para una persona enfocarse tiene que usar sus dos hemisferios cerebrales, así es que puede llegar a comprender, memorizar, recordar, inhibir y decidir para pensar bien, actuar mejor, valorar las consecuencias en cada proceso de la vida. Una persona distraída, sin concentración, sin enfoque, sin prioridad, que no sigue estrategia ni táctica, ni propósito, no utiliza su cerebro de forma eficaz. El cerebro sistémico es cuando su proyecto de vida está planificado comprometiendo todo su cerebro: dinámica familiar y de pareja, trabajo, dinámica de grupo, diversión, ejercicios, lectura, deporte, cine, música, gastronomía, cultura, alegría, placer, gozo, altruismo, empatía, solidaridad, compasión y espiritualidad. Es una visión sistémica, integral y multidisciplinaria, que enfoca varias áreas y permite un mejor estímulo y una mejor función cerebral, ya que activa lo intelectual, lo emocional, la afectividad, la pasión y la felicidad. Así se consigue liderar con todo el cerebro, con las energías y el enfoque para ser más asertivo, más productivo y más funcional. Mercé Conanglas en “la inteligencia emocional aplicada refiere situaciones de límites”. ¿Qué es lo que realmente importa? ¿Cuáles han sido las fuerzas que hasta este momento han dirigido mi vida? ¿Qué cosas me hacen sentir bien? ¿Qué motivos de felicidad tengo? ¿Qué es realmente importante para mí; y motivo suficiente para luchar a pesar de las dificultades que encuentre en mi camino? ¿En qué voy a poner mi voluntad? O ¿Qué me proporciona equilibrio y qué me desequilibra? Una persona con cerebro sistémico lo piensa todo con una visión de helicóptero, no se limita de forma vertical o con luz corta o pequeños resultados orientados o administrados en una sola área de la vida.
El reduccionismo o la visión en túnel no permiten la integración de las otras áreas del cerebro. Un cerebro pobremente utilizado, desenfocado o distraído va perdiendo energías y agota la función humana. ¿Sabes cómo utilizar tu cerebro? Hoy hay que aprender a utilizar todas las áreas de su cerebro, estimularlas, ejercitarlas para prevenirle de las enfermedades neuro-degenerativas: demencias, Parkinson, entre otras. Los malos hábitos y las conductas predecibles que llevan al aburrimiento y al tedio, junto al consumo y dependencia de drogas y nicotinas, llevan al deterioro de las funciones del cerebro. Las otras consideraciones que van atrofiando el cerebro son: la soledad prolongada, la vagancia, la depresión, la indiferencia por las necesidades sociales, etc. Sencillamente ejercite su cerebro, póngalo a funcionar de forma sistémica y verá cómo se activan sus neuronas, sus neurotransmisores, sus emociones, su afectividad, su creatividad y su nivel de concentración y de enfoque hacia el logro y la felicidad. Un neuro-líder debe saber cómo utilizar su cerebro sistémico para contagiar, inspirar confianza, pasión, empatía y altruismo. Establecer diferenciación a través del discurso, del compromiso y de la práctica social, son también parte de las funciones ejecutivas de un cerebro que se enfoca y utiliza sus neuronas espejos. Un cerebro agotado, pobremente estimulado deja de ser creativo, emprendedor y reproductor de viejos enfoques psico-sociales y emocionales. Literalmente hay que tener un cerebro sistémico.