En República Dominicana gobierna la plutocracia

En los tres poderes del Estado hay enquistado uh gran poder económico que solo tiene compromiso con seguir engrosando sus fortunas; casi nadie se conoce como altruista o interesado en resolver los problemas del pueblo.

Con el paso del tiempo, y el desarrollo de la democracia y crecimiento económico la República Dominicana ha dado un giro cuyo pueblo tenía sus ojos puestos en líderes políticos humildes y pobres hacia una clase política adinerada llevando el país hacia una plutocracia o gobierno de los ricos.

Plutocracia (del griego πλουτοκρατία, ploutokratía, ploutos ‘riqueza’ y kratos ‘poder’) es una forma de oligarquía en la que una sociedad está gobernada o controlada por la minoría formada por sus miembros más ricos. El primer uso conocido del término se debe a Jenofonte.¹​ Al contrario que otros sistemas como la democracia, el capitalismo, el socialismo o el anarquismo, la plutocracia no está fundamentada en ninguna teoría de filosofía política. El concepto es habitualmente empleado en un sentido peyorativo,²​ para prevenir de los riesgos de un sistema de gobierno excesivamente influido por los estratos más acaudalados de una sociedad. En ese sentido, la plutocracia se presenta como una síntesis crítica que se hace a la democracia, al sufragio universal y al parlamentarismo, cuyo funcionamiento puede verse excesivamente distorsionado por los miembros más ricos de una sociedad.

Han desaparecido del escenario los hombres y mujeres sencillos, de extracción humilde, cuyos discursos  sinceros y revolucionarios de una vida mejor para todos hacían vibrar los corazones del pueblo y sus puestos han sido tomados por millonarios y millonarias de todos los partidos, especialmente del PLD,FP y el PRM.

La plutocracia ha llegado con tal fuerza a la tierra de Juan Pablo Duarte, que para llegar a obtener un cargo electivo hay que tener una gran suma de dinero o estar patrocinado por un millonario. A los hombres humildes se les ha vedado el derecho de ser alcalde, diputado o senador.

La plutocracia no tiene corazón. Lo único que le importa es cuanto tienes. Ahora más que nunca se ha entronizado en nuestro país el viejo y nauseabundo criterio de que “tanto tienes, tanto vales”.

El colmo de todo esto es que los ricos no le importa  la forma como el otro haya conseguido su billete. Basta que los tenga. Aunque se hacen aspavientos todo millonario sabe que para conseguir sus cuartos tuvo que hacer sabrá Dios cuantas cosas, así, trata de evitar chocar con los otros ricos, pues el fin de asunto no es pelear entre ellos, sino beneficiarse cada uno lo más que pueda.

Las plutocracias son así.

Habrá que hacer un estudio para comprender cómo fue posible que nuestro país llegara a este colmo.

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