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La enseñanza de la historia ha fracasado en nuestro país/ Cassandro Fortuna

En muchas ciudades de América se están derribando las estatuas de Colón y en nuestro país se alaba la colonia

Por Cassandro Fortuna

Nuestro país tiene que revisarse en muchas cosas. Una de ellas es la enseñaza de la historia.

En todo el mundo hace tiempo que existe una firme postura en contra  de todo tipo de colonialismo. El del pasado y el del presente, en su modalidad de neocolonialismo. Sin embargo en nuestro país el colonialismo es alabado. La actitud frente al pasado colonial no es consecuente con la realidad que representa.

Todos los gobiernos, incluyendo el actual, gastan grandes sumas de dinero para rescatar la zona colonial que recuerda la llegada de Colón a nuestra isla, la conquista y la colonización. Remozando la zona se ansalza la hispanidad, que solamente es un aspecto de la época de aquella historia en nuestro país. El otro, el aborigen y el de la esclavitud, se deja de lado para darle un lugar preeminente, en la memoria histórica, a España. Se nos induce a amar esa nación en su versión colonialista. A amar ese tiempo, ese momento de la historia.

Ello sigue ocurriendo debido al fracaso de la enseñaza de la historia en nuestro país. Nuestros profesores de historia son papagayos. No profesores de historia. Son repetidores de la historia. Si en nuestro país se enseñara historia la actitud nuestra frente a la zona colonial no sería de ensalzamiento, sino de crítica. Aquel es un símbolo de la ignominia en la isla y América. No se puede ver solamente desde el punto de vista del atractivo turístico. Hay que tomar en cuenta su repercusión en la psiquis del pueblo.

La ciudad colonial es una afrenta a la historia de la isla. Es una bofetada a la memoria de los aborígenes (Anacaona, Caonabo) y también a la de mulatos y negros de nuestro país, que si bien no fueron exterminados por los españoles colonialistas fueron sus esclavos por más de tres siglos. Y la mayoría de nosotros desciende de ellos.

El caso de esta isla fue particularmente catastrófico. Aquí fue exterminada toda una civilización. Aquí se cometió un crimen de lesa humanidad. Aquí los españoles colonialistas instauraron una esclavitud que duró más tiempo que la   de Estados Unidos.

Y aquí alabamos la colonia e ignoramos a nuestros héroes mulatos y negros. Un país de mulatos y negros alabando una colonia que los oprimió durante siglos es improcedente. Pero de un país compuesto por millones de personas ignorantes de la historia no puede esperar otra cosa. Y la culpa la tienen la escuela, las universidades,el Estado y los profesores de historia que son papagayos.

Debe producirse un equilibrio histórico. Dar a la colonia los méritos que pueda tener, sin ignorar que ella no fue la única en la isla. Es lo que pido. Pluralidad histórica frente a las exclusiones injustificables. ¿Por qué no se ha recreado también el lugar a donde llegaban los esclavos? Eso no. El dinero va solo al área hispana. No estoy de acuerdo con eso.

Que me perdonen los mulatos y negros acomplejados. Esos que quieren ser blancos , en lugar de valorarse como son. Sammy Sosa, Mchael Jackson y otros que se niegan a sí mismos. Es una lástima que así  sea.

Las islas Filipinas están programando cambiar de nombre. Y lo harán porque Filipinas es un nombre que los españoles colonialistas le pusieron a la isla en honor de Felipe II heredero del trono español. Eso se produjo luego de que ese archipiélago fuera tomado arbitrariamente en nombre de España en 1521. Los filipinos  consideran que deben tener un gentilicio propio, con sabor local, y no uno que procede de un príncipe  extranjero, por lo demás colonialista, que quiere decir opresor, pues los españoles se apropiaron de sus islas a sangre y fuego.

La historia se respeta, pero los tiempos cambian. Cada cual tiene su momento en la historia. Y los muertos no deben ocupar el lugar de los vivos.

La capital dominicana, Santo Domingo, tiene el nombre de un sacerdote español del siglo XII. Y lleva ese nombre porque  Bartolomé Colón, al fundar la ciudad la bautizó así. En aquella época, para él y para ellos, el nombre tenía mucho significado y se respeta. Pero hoy, 500 años después, ese nombre no significa nada para nosotros. Podría tener un valor sentimental. Nada más. Deberíamos cambiarlo por otro más acorde con nuestra historia contemporánea. Y que los que vengan después, al pasar cientos de años, y al cambiar los tiempos, lo cambien también y lo acomoden a su historia. Bastará conque en algún libro de historia se haga constar su nombre para que no se olvide. Que escriban esta ciudad que hoy se llama tal, hace un tiempo se llamó…

Que nadie se sorprenda con este planteamiento. Nueva York se llamó primero New Asterdam, Colombia se llamó Nueva Granada y México Nueva España. El Líbano se llamaba Fenicia y los iraníes llegaron a llamarse de tres formas diferentes: partos, medos y persas. Tokio se llamó una vez Edo, el primer nombre de Estambul fue  Constatinopla , Australia se llamó Nueva Holanda. Por tres siglos Oslo, la capital de Noruega, se llamó Kristiana.

Nuestro país debe ser el paraíso para los mulatos y para la minoría negra, que constituyen el 90 por ciento de la población.

Pero aquí, mas de 500 años después, seguimos alabando la colonia ¡que atrasados estamos!

La enseñanza de la historia ha sido un fracaso en nuestro país

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