SAN JUAN, República Dominicana.- La Diócesis de San Juan de la Maguana expresó su rechazo a las intenciones de explotar un yacimiento minero en dicha provincia ya que entienden esto no contribuye al desarrollo humano y económico de la zona.
Los Obispos y Sacerdotes llamaron a favorecer otras actividades para la subsistencia de los pobladores de la zona como son la agricultura, la ganadería, las artesanías, el turismo ecológico, y que todo ello sea desde una auténtica valoración de la biodiversidad con que cuentan.
Consideran que el sentir de la mayoría de esos pueblos, de los adultos y los jóvenes, de sus instituciones sociales y religiosas es que la provincia de San Juan debe oponerse definitivamente a todo proceso de minería, donde quiera que sea dentro de su territorio y hace una opción por la explotación de su riqueza agrícola y turística.
Llamaron a apoyar el Plan Estratégico de Reforestación sostenible en la Zona Norte de San Juan, que está deforestada en aproximadamente un 80 %.
Asimismo piden la reactivación del Consejo de Desarrollo Ecoturístico de la provincia de San Juan y que se pongan en ejecución nuevos proyectos, que incentiven el turismo, como lo están haciendo las plazas temáticas de San Juan, su catedral y sus monumentos emblemáticos.
Indica la representación jerárquica de la Iglesia Católica que todos los proyectos turísticos de esa provincia gozan de los incentivos consignados en la Ley 158-01 por lo que se debe fomentar el manejo racional de los recursos naturales, la preservación del medio ambiente, el desarrollo integral y ordenado del ecoturismo.
La institución eclesiástica afirma que “el oro de San Juan es la agricultura”, por lo que piden la unidad y solidaridad para construir un plan de desarrollo agroindustrial y de reforestación, darle la mano a tantos agricultores que fruto del sistema, tienen empeñados sus títulos de propiedad, y mermada su capacidad productiva.
Aseguran que se puede reorganizar el sistema productivo y de comercialización, porque San Juan es una zona agrícola.
“Es el momento de unir nuestras voluntades, dejando atrás cualquier división o pesimismo. (Recordemos que hemos decrecido en más de 20,000 personas en 20 años, las comunidades de la parte alta de San Juan donde se encuentra la mina tradicionalmente se sienten olvidadas por los habitantes de la cuenca baja de la provincia, y a los hijos de los que estudian fuera se le ha inculcado que aquí no hay futuro, provocándose un éxodo de capital intelectual, que nos empobrece como Región)”, manifestó la institución eclesiástica.