Arte, Ciencia y Literatura

Donan al Museo Nobel de Estocolmo el primer texto publicado por Albert Einstein

Redactado en noviembre de 1922, cuando Einstein se encontraba en medio de una gira de conferencias por el sudeste asiático

Un mecenas (persona o institución que patrocina a los literatos o artistas) donó al Museo Nobel de Estocolmo el primer manuscrito publicado por Albert Einstein tras recibir el premio de Física en 1922, un texto en el que defiende su teoría de la relatividad general, que creó polémica en su época.

El manuscrito había sido adquirido en una subasta en diciembre de 2018 por un monto de 1,2 millones de coronas suecas, unos 110.000 euros (124.052 dólares) por el hombre de negocios sueco Per Taube, quien se comprometió a donarlo al Museo Nobel, donde será expuesto protegido por un cristal a partir del próximo otoño.
Redactado en noviembre de 1922, cuando Einstein se encontraba en medio de una gira de conferencias por el sudeste asiático, este artículo fue publicado el 21 de diciembre de 1922 por la Real Academia de Ciencias prusiana.
De 26 por 20,5 cm cada una, las dos hojas fueron anotadas por el físico alemán Max von Laue, Nobel de Física en 1914, entonces responsable de editar y validar las contribuciones científicas enviadas a la academia.
Von Laue estuvo en posesión del manuscrito hasta 1948, que luego pasó a manos de coleccionistas privados.
Apoyándose en varias ecuaciones, Einstein refutaba un artículo del matemático alemán Erich Trefftz publicado en la revista Annalen der Physik poco antes, también en 1922, y que versa sobre la “estructura geométrica del universo”, más concretamente sobre las fuerzas y la materia que separan y rodean a dos cuerpos celestes.
“Ha quedado demostrado que esta conjetura no debe ser apoyada”, concluye el texto sobre la hipótesis propuesta por Trefftz.
La originalidad de este texto, por completo incomprensible para la gente corriente, es doble: por un lado, contiene una formulación modificada de la teoría de la relatividad general y, por otro, sobre todo, demuestra que el genial físico tuvo que defender sus trabajos ante las críticas de la comunidad científica de su tiempo.
“Incluso después de recibir el premio Nobel, su física fue ampliamente debatida entre los científicos de aquel momento, y el propio Einstein participó en este debate”, señaló Gustav Källstrand, curador del Museo Nobel.
Albert Einstein, laureado en 1921, recibió su premio Nobel en Estocolmo el 10 de diciembre de 1922, pero no por su teoría de la relatividad, sino por “su descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico”.
Más de un siglo tras su publicación, en 1916 en Annalen der Physik, la teoría de la relatividad general, que conmocionó nuestra comprensión del universo y sus fenómenos más exóticos, no ha sido aún refutada.
Y si las leyes concebidas por Einstein no concuerdan con la física cuántica, ambas los dos grandes pilares de la física moderna, sus predicciones son verificadas regularmente de forma empírica.
Para Källstrand, Einstein, nacido en el siglo XIX (1879-1955), en el XXI aún representa “el triunfo de la razón” y “el rostro de la ciencia”.
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