Longeva luz del Dicenio / Américo Valenzuela G

Por Américo Valenzuela G

La petición de México a la Iglesia que llegó de manos de España, de que pida perdón por las atrocidades y las consecuencias de la colonización, en ese pueblo y en sus etnias, es un clamor más antigua que el gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador-AMLO-, y el Papa Francisco entendió que era el momento de hacerlo, y en Nombre de su País, actuó en consecuencia.

Y no me parece que se trató de un acto destinado a abrir una ventana de oxigeno purificador para evitar la total asfixia ante el mayúsculo escándalo de pedofilia y financieros que envuelve a esa Institución. A mi modo de ver, los mexicanos no están pidiendo que se arrodillen sino que reconozcan el error y el daño, como para no repetirlo, actitud que aliviana antiguos rencores, la idea sería confraternizar, desobstaculizar la amistad y la hermandad entre los pueblos.

La primera voz de oposición y de rechazo a la Carta a México redactada por el Jefe de la Iglesia Católica procedió de la Presidenta de la Comunidad Madrid, la Señora Isabel Díaz Ayuso, para quien la colonización ha sido un beneficio para nuestros pobladores, y quizás, talvez así piensa ella, pues debemos estar orgullosos y agradecidos.

Y luego José María Aznar-criticando las disculpas del Papa y la petición de Lopez Obrador- quien señaló que de no haber ocurrido la colonización Lopez Obrador no tendría su actual nombre, no sería Presidente, ni tampoco habría sido bautizado en su actual Religión. Agregó Aznar otra andanada de yerbas amargas, y olvida a conciencia-porque para él la colonización ha sido un éxito beneficioso para latinoamerica-, la ofensa, la violencia desatada, la destrucción de más de un imperio y sus culturas, y de múltiples civilizaciones y razas.

Ese acto es la imposición violenta de una cultura sobre otra. No pedir perdón es la actual posición de los gobernantes de España.

El religioso es más humano, sensible, y más racional que el político. Podría ser que estos dos españoles acepten como bueno y valido y hasta agradezcan y sientan orgullo por el periodo de opresión de sus tierras, la conquista romana de la península ibérica del 218 A.C., y que duró 700 años, la ocupación visigoda, la germánica del año 411, la ocupación de Iberia del año 711 por parte de los árabes, quienes colonizaron y convirtieron esa región en provincia del imperio musulmán que los gobernó por 800 años, una época larga y oscura de opresión e imposición que dejó huellas.

Habría que saber a qué cosa es que se niegan a renunciar y/o sentir orgullo, sin dudas también allá durante esas ocupaciones embarcaba esclavos atados y apilados, y existieron holocaustos como hicieron a nuestros caciques, calcinados y ahorcados. ¿Gratitud por el apartheid aborigen?

Cumplió Don Francisco, y con valor personal, muy positivo y de buenas vibras el paso que ha dado. Perdón por los errores y horrores. Abrió un espacio de convivencia y tolerancia entre distintas culturas y tradiciones, entre creencias religiosas y espirituales. Amor y Paz; pedir perdón es un acto de humildad que dignifica.

El perdón libera a quien lo otorga y a quien lo recibe, respondió finalmente Lopez Obrador a Doña Isabel Díaz Ayuso y José María Aznar. Y que bueno.

En el ámbito que se desarrolla, las fibras que toca, las puertas que abre este gesto, la fraternidad que genera entre los pueblos, lo creo insuperable en dimensión. Que resulte longeva la influyente luz del perdón. Reconcilia. No lo ha hecho España, pero lo hará, es cosa de tiempo, lo hizo el compañero de aventura. Ojalá actúe por igual con las demás Religiones.

Que aburridos Aznar y Doña Isabel, España y la Corona debieron aprovechar la ocasión, y también pedir perdón. ¿Pero que otra actitud se puede esperar de la ultraderecha ?.

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