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Rusia y Siria entorpecen el acceso a la zona del ataque químico a los inspectores
Vista general de una calle en ruinas en Duma, Guta Oriental, este lunes. EFE |
Tres días después de haberse desplegado en Damasco, el equipo de inspectores enviado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)seguía este lunes sin poder acceder a Duma, a una decena de kilómetros de la capital siria, donde el día 7 se denunció un ataque letal con gas tóxico. El régimen sirio y sus aliados militares rusos, que controlan ese antiguo enclave rebelde desalojado por la oposición en Guta Oriental, alegaron razones de seguridad tras el bombardeo occidental de represalia contra centros de armamento sirios para retrasar el acceso de los investigadores internacionales.
Ígor Kirilov, alto cargo del Ministerio de Defensa ruso, anunció por la noche en La Haya, sede de la OPAQ, que los expertos de la organización internacional podrán visitar Duma el miércoles, según declaracines recogidas por Reuters. Los delegados rusos y sirios, que se habían reunido horas antes con el equipo de la OPAQ en Damasco, se limitaron a ofrecer la presencia de 22 supuestos testigos del ataque químico de Duma para que fueran interrogados en la capital, sin permitir por ahora el paso hasta el escenario de un presunto crimen contra la humanidad.
En Moscú, responsables diplomáticos citados por la agencia Interfax, achacaron a la ONU la responsabilidad del retraso por no haber comunicado “la aprobación de la visita de los expertos de la OPAQ”. Un portavoz de Naciones Unidas replicó desde Nueva York que los inspectores tenían todos los papeles en regla. El Gobierno sirio les concedió el visado en Bruselas el pasado miércoles.
Grupos relacionados con la oposición al presidente Bachar el Asad denunciaron el día 7 que un ataque químico lanzado por el régimen había causado al menos 40 muertos y varios centenares de intoxicados por la inhalación de gas cloro y gas sarín (agente nervioso). Las imágenes y testimonios que difundieron a través de las redes sociales, que mostraban a civiles con graves síntomas de asfixia, fueron consideradas consistentes por la OPAQ para abrir una investigación.
Estados Unidos encabezó el pasado sábado un ataque de castigo lanzado junto con Francia y Reino Unido contra instalaciones sirias —supuestamente vinculadas al programa de armas químicas— tras analizar informes que apuntaban a un ataque con armas prohibidas. El embajador norteamericano ante la OPAQ, Kenneth Ward, acusó ayer a Rusia y a Siria de estar bloqueando el trabajo de la misión internacional, y expresó sus sospechas de que Damasco y Moscú estaban intentando manipular las pruebas disponibles sobre el terreno. Fuerzas gubernamentales y policías militares rusos patrullan en las calles de Duma desde el pasado sábado, cuando los insurrectos de Jaish al Islam abandonaron el enclave tras una rendición pactada.
Frente a las condenas internacionales, rusos y sirios han insistido en que la denuncia del ataque químico en Duma es un montaje organizado por los llamados Cascos Blancos, socorristas voluntarios que operan en las zonas bajo control insurgente, y por asociaciones médicas en el exterior que prestan ayuda a los centros sanitarios en áreas rebeldes.
Razones de seguridad
El equipo de investigadores, que llegó precisamente el sábado a Damasco desde Beirut, está formado por nueve expertos listos para iniciar su trabajo de forma inmediata. “Los miembros de las delegaciones siria y rusa que han participado en los preparativos señalan que hay asuntos de seguridad todavía por resolver antes de proceder a su despliegue”, aseguró en un comunicado Ahmet Uzumcu, director general de la OPAQ, reunida de urgencia en su sede de La Haya.
Serguéi Lavrov, ministro ruso de Asuntos Exteriores, negó cualquier interferencia de su país en las investigaciones. “Puedo garantizar que Rusia no ha alterado las pruebas”, declaró a la BBC. Peter Wilson, representante británico ante la OPAQ, acusó también a Damasco y a Moscú de entorpecer la labor de los inspectores.
Uzumcu instó a todos los Estados miembros “a que compartan información sobre el incidente”. El director general de la OPAQ subrayó que ha pedido a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que “comparta la información que haya recabado gracias a sus colaboradores sobre el terreno”. Según la OMS, de los alrededor de 70 muertos en los bombardeos registrados en Duma el pasado día 7, 43 presentaban cuadros relacionados con sustancias tóxicas.“Confiamos en que se puedan llevar a cabo todas las gestiones necesarias para permitir el despliegue [de los inspectores] en Duma lo antes posible”, concluyó.
Buscando hechos, no culpables
La misión de la OPAQ está facultada para recoger muestras, interrogar a testigos y documentar pruebas de los ataques denunciados. Con la información recopilada, el organismo puede constatar que se utilizaron armas prohibidas contra combatientes y civiles, pero carece de atribuciones para atribuir la culpabilidad a alguna de las partes en conflicto.
En 2013, tras un ataque con armas químicas precisamente en Duma que se saldó con centenares de muertos, el régimen de El Asad se vio forzado por la comunidad internacional a entregar su arsenal químico. Su destrucción se llevó a cabo bajo supervisión de la ONU. Las fuerzas de Damasco han sido acusadas desde entonces de lanzar varios ataques con armas químicas, en particular uno en abril de 2017 y el del pasado día 7. En ambos casos ha sufrido bombardeos de represalia por el uso de armamento prohibido encabezados por EE UU.
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