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Joven que se suicidó se había graduado Magna Cum Laude en psicología
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Ser profesional y reconocido socialmente, sobre todo muy joven, y verse envuelto en conflictos que producen una vergüenza social, individual y familiar, puede provocar frustraciones que muchas veces las personas no están preparadas para superarlas.
Tal es el caso de jóvenes profesionales y multifacéticos, que logran captar la admiración tanto en el seno de su familia, la sociedad y sus iguales, pero son precisamente quienes más pueden pasar de ideas suicidas a consumarlo.
Así lo advierte el psiquiatra César Mella, quien dijo que estos casos son relativamente frecuentes y que si el individuo se ve envuelto en riñas, denuncias en la justicia y apresamiento, debe ser vigilado de 24 a 72 horas, “porque para un joven de buenas costumbres, es un hecho agudamente “psico-traumático”.
A propósito del suicidio del joven Rafael Esteban Herrera Guerrero, filántropo, graduado en psicología, deportista y músico, Mella recomienda a los jóvenes a seguir adelante, que lo importante no es caerse, sino saber levantarse y continuar.
“Cualquier joven que voluntaria o involuntariamente se ve envuelto en un incidente, que motive la actuación policial e incluso el apresamiento transitorio, sepa que en la vida podemos caer, pero lo que importa es la cantidad de veces que nos levantemos”.
En cuanto al papel de la familia en estos casos es de vigilancia de cerca a la persona envuelta en el hecho. “Yo recomiendo a los familiares que tengan algunas personas en medio de un proceso judicial, el que sea, culpable o no, que las vigilen, que las protejan a menos de un metro (las primeras 24 a 72 horas), y recomiendo también a las autoridades policiales y judiciales que el método de encerramiento individual o proferir golpes para sacar la verdad, entre comillas, es un método de la edad media que debe ser desterrado”, indicó.
Sin embargo, el experto afirmó que para determinar las causas del suicidio en jóvenes que se ven envueltos en este tipo de hechos, hay que evaluar una serie de elementos.
“Habría que valorar la personalidad previa del joven, el tipo de trato que le dieron mientras estuvo detenido y si tenía alguna condición previa, existente, en el momento de los hechos, como la depresión nerviosa. Habría que chequear el árbol genealógico familiar, para ver si hay antecedentes de suicidios en la familia y, sobre todo, valorar si él tenía antecedentes psicológicos o psiquiátricos”.
El joven Rafael Esteban, de 21 años, se suicidó el pasado 1 de marzo, tras verse envuelto en una pelea con otros jóvenes, que lo llevó a prisión por dos días, y cuyo video de la agresión fue colgado en las redes sociales.
En el video se ve a Rafael cuando agrede a uno de los jóvenes que cae al suelo y queda tirado en el pavimento, lo que provoca que familiares del agredido tomaran acciones judiciales contra él y su hermano, quienes fueron arrestados por “agresión física”.