La lujosa barcaza de Cleopatra

Junto a Julio César, Cleopatra realizó un viaje increíble a lo largo del Nilo. Acompañados por cuatrocientos barcos, muchos con tropas del ejército egipcio a bordo, la pareja divina viajó río arriba en un periplo que para algunos fue una especie de celebración victoriosa, un simple paseo, una misión política o una espectacular luna de miel, pero que visto con detenimiento se revela como un claro recorrido iniciático.

Tanto César como Cleopatra navegaban en el barco de la reina, un inmenso palacio flotante de 90 metros de longitud, construido con madera de cedro y ciprés. Sobre la cubierta había espacio suficiente para un jardín, un paseo con columnas, un enorme salón de comidas e incluso capillas para dioses. Todo parecía de oro, el barco estaba cubierto de tan hermoso metal, desde la línea de floración hasta lo más alto del mástil, con detalles pintados en tonos azules y verde pavo real. Los techos de las construcciones de cubierta eran de tejas de loza fina de vividos azules y verdes y toda una arcada de columnas con capiteles de lotos se extendían por la cubierta, las gemas brillaban por todas partes.

Los historiadores modernos han podido hacer una reconstrucción minuciosa de ese viaje. Por ejemplo, se sabe que el comienzo del trayecto tuvo lugar en la meseta de Gizeh, donde César se quedó perplejo ante las Grandes Pirámides, pudiendo entrar incluso en la más grande de ellas, la de Keops, igual que hiciera tres siglos antes Alejandro Magno y mucho tiempo después Napoleón Bonaparte.

Dentro de la historia de Cleopatra, cuando Marco Antonio se trasladó a Tarso, una ciudad de Cicilia, en el sur de la actual Turquía. Estando allí decidió enviar un emisario a Cleopatra, la reina de Egipto, para que acudiera a reunirse con él.

Como narra Plutarco: “para llegar a Tarso, Cleopatra remontó el río Cydnos en un barco con la popa de oro, las velas púrpura y los remos de plata movidos al compás de diversos instrumentos . El movimiento del barco sigue la cadencia del sonido de las flautas. Ella misma, tocada como se suele pintar a Afrodita, está tendida bajo una tienda bordada de oro, ataviada como la diosa Afrodita. A su lado la abanicaban jovencitos vestidos de Eros, la acompañaban también hermosas siervas disfrazadas de Nereidas y gracias. Para completar la escena, al sonido de la música de varios instrumentos se unían los perfumes que llegaban a las dos orillas del río, en las que mucha gente disfrutaba del espectáculo ”. Sin duda una sensacional puesta en escena en tan lujoso Barco de la reina quien el romano quedó impresionado al ver que todo era del oro con piedras preciosas y en la sala colgaban tapices de púrpura y oro. Cleopatra dispuso doce lechos para Antonio y sus acompañantes y ante el sombroso del triunviro, sonrió y le dijo que se lo regalaba todo! !!

Cleopatra, una mujer , una reina que supo impresionar y conquistar no sólo por su belleza e inteligencia, también lo supo hacer con el lujo que poseía, entre ellas su lujosa barcaza.

Finalmente y con la ayuda de la tecnología en 1998. El limo y las corrientes submarinas próximas al moderno

puerto de Alejandría permitieron descubrir un barco que, según se cree, es la embarcación en la que Cleopatra, la reina de Egipto, navegaba por el Nilo. Los restos de la nave, en buen estado de conservación y cuya antigüedad ha sido confirmada por las pruebas de carbono, se hallaban en el puerto privado que tenía Cleopatra. Los arqueologos demostraron que la nave se hundió después de chocar frente al puerto real. Peter Jones, un especialista en asuntos del antiguo Egipto y ex profesor de historia de la Universidad de Newcastle, calificó el descubrimiento del barco como “oro en polvo académico” y consideró que se trata de la nave descripta por Plutarco y por Shakespeare, en la que Cleopatra sedujo a Marco Antonio.