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Obispo San Juan, Grullón Estrella, participa en reunión con Papa Francisco
El obispo de la Diócesis de San Juan, Azua y Elías Piña, Monseñor José Dolores Grullón Estrella, estuvo en Roma, en el Vaticano, visitando al Papa en compañía de los obispos de la República Dominicana, en lo que el derecho canónigo denomina “viista ad limina”.
El Sumo pontífice aprovechó la ocasión y le pidió a los obispos dominicanos no dejar solos a los inmigrantes haitianos y participar del proceso con fines humanitarios, como le corresponde a un buen sacerdote. La postura del Papa es correcta y continúa demostrando ser un hombre de servicio que ejerce su servicio con el espíritu de Cristo.
La Visita ad Limina Apostolorum es la visita que todos los obispos diocesanos deben realizar a “los umbrales de San Pedro y San Pablo”. El objetivo de la visita no es tan sólo visitar la tumba de los apóstoles sino el de informar al Papa, cada cierto período, el estado de la diócesis que gobiernan.
Durante esta visita, el obispo debe dar cuenta del estado moral y espiritual de su diócesis y todo lo relacionado con su gobierno. Esta visita puede ser realizada por el obispo titular, el coadjutor, auxiliar o, con permiso de la Santa Sede, por unpárroco. Generalmente la realiza el Obispo titular de la diócesis y debe ser obligatoriamente cada 5 ó 10 años. Esta visita está regulada por el Código de Derecho Canónico en los Cánones 399 y 400.
He aquí la información publicada en la prensa nacional:
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco recordó el pasado jueves a los obispos de la República Dominicana, en visita “ad limina” en el Vaticano, que no pueden ser indiferentes a la “atención pastoral y caritativa” de los inmigrantes, especialmente los procedentes de Haití.
“La atención pastoral y caritativa de los inmigrantes, sobre todo a los provenientes de la vecina Haití, que buscan mejores condiciones de vida en territorio dominicano, no admite la indiferencia de los pastores de la Iglesia”, dijo Francisco.
“Es necesario seguir colaborando con las autoridades civiles para alcanzar soluciones solidarias a los problemas de quienes son privados de documentos o se les niega sus derechos básicos”, defendió el pontífice.
Y dijo: “es inexcusable no promover iniciativas de fraternidad y paz entre ambas naciones, que conforman esta bella isla del Caribe. Es importante saber integrar a los inmigrantes en la sociedad y acogerlos en la comunidad eclesial”.
El papa también se refirió ante los obispos dominicanos a los “graves problemas que afectan a nuestros pueblos, tales como el tráfico de drogas y de personas, la corrupción, la violencia doméstica, el abuso y la explotación de menores o la inseguridad social”.
Y pidió “buscar y cuidar el bien de los más desfavorecidos”, además de considerar “indispensable que el laicado dominicano no descuide su formación doctrinal y espiritual y reciba un apoyo constante”.