Opinión

Aquí, para los pobres, no solamente faltan escuelas/ Ramón Antonio (Negro) Veras

El sistema social dominicano se convierte en un obstáculo para el desarrollo humano, profundizando la crisis de pobreza en el país

Por Ramón Antonio (Negro) Veras

Solamente como maldita puede considerarse la vida de los pobres en nuestro país. La condición de miserables les acompaña como la sombra al cuerpo.

2.- La pérdida de esperanza va unida a la desesperación de los que aquí permanecen desmoralizados porque han perdido la ilusión; están abatidos, decaídos.

3.- La normal precariedad siempre está ahí diciéndole a los marginados sociales que su condición de opresión no cambiará por ahora.

 

4.- En lugar de mejorar la existencia material y espiritual de la mayoría de la población dominicana, la misma empeora, demostrando así un retroceso, no progreso, nada de avance.

5.- A la gente de a pie le fijaron en su mente que con el 4% del presupuesto nacional estaba asegurado el servicio de la educación pública, pero ahora resulta que miles de niños pobres no tienen dónde alojarse para ser instruidos.

6.- Semejante situación solo les pasa a los hijos de los que no tienen asegurada una existencia digna.

 

7.- Mientras los muchachitos, hijos de los dueños del poder, cuentan desde ya con espacio físico en los colegios donde asistirán a adquirir conocimientos, los hijos de los pobres están sin escuelas.

8.- No es cuestión de la falta de aulas ahora al iniciar el año escolar. Es que la población pobre dominicana carece diariamente de lo necesario. Los hechos están ahí, no mienten.

9.- Por los altos precios de los artículos para la comida diaria, los pobres no pueden adquirirlos. Lo mismo ocurre con los medicamentos.

 

10.- La materialidad dominicana está demostrando que el sistema social está imposibilitado de proporcionarle al pueblo pobre lo que le es básico.

11.- Cada vez se hace más evidente que el actual ordenamiento económico vigente en el país es contrario al desarrollo humano, que está diseñado para hacerle la vida placentera a la minoría nacional, no al pueblo humilde.

12.- Sin mucho esfuerzo es fácil comprobar que la gente que aquí no forma parte de los poderosos permanece en estado de malcontento porque su vida es de malaventuranza.

 

13.- Dominicanas y dominicanos en estado de opresión, por la miseria que padecen, son desatendidos, carecen de garantía para llevar una vida decente. La falta de asistencia, el abandono, caracteriza el día a día de los dominicanos desamparados.

14.- Ciudadanas y ciudadanos dominicanos están en el deber cívico y político de liberarse quitándose del lado de los partidos tradicionales que hacen posible los males que padece el pueblo.

15.- Procede que la gente del pueblo reflexione con relación a que se le hace ineludible, fundamental, obligado cambiar el actual régimen económico porque se ha hecho contrario al progreso social.

16.- No puede ponerse en duda que es opuesto al desarrollo del país aquel que no aporta para que el pueblo pueda cambiar para bien, eliminando el presente ordenamiento que representa un impedimento para la felicidad de las grandes mayorías nacionales.

 

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close

Adblock Detectado

Por favor, considere apoyarnos mediante la desactivación de su bloqueador de anuncios.