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Diputadas plantean pensiones sean duplicadas

El patrimonio de los trabajadores supera los 1.2 billones de pesos (millones de millones), el 15.6% del PIB. No obstante este logro sin precedentes, nuestras proyecciones indican que con una cotización del 8.4% es imposible garantizar pensiones dignas y sostenibles, ni mucho menos, entregar una pensión mínima aceptable.

Sin reforma, más del 85% de los trabajadores recibirán pensiones ínfimas, debido a la inestabilidad laboral y a los bajos salarios. Seis factores así lo determinan: 1) la reducción del aporte original del 12% al 9.97% 2) la no entrega del bono de reconocimiento a los ex afiliados al IDSS 3) el aumento en 8 años de la esperanza de vida entre el 2001-2035 4) el alto costo administrativo de las AFP; 5) el carácter estructural de la informalidad laboral y 6) la falta del Régimen Contributivo Subsidiado.

Afortunadamente, las diputadas Dellys Félix Rodríguez, Caty Díaz Abreu y Lidia Esther Pérez (PRM), depositaron en la Comisión Bicameral del Congreso una reforma innovadora y valiente para: 1) elevar la pensión completa entre el 75% y el 80% 2) duplicar la pensión de todos los afiliados con 20 años o más de cotización y 3) asegurar una pensión contributiva-subsidiada a los trabajadores con aportes menores a 15 años.

Un aumento del 1,200% del Fondo de Solidaridad Social. La propuesta elevar al 16% el aporte en 8 años, más un 1.0% a cargo del Estado para cubrir el bono de reconocimiento, con un 17% total. Especializa el 11.2% para la cuenta de capitalización individual, un 3.8% para el Fondo de Solidaridad Social (FSS) y un 1.0% para los demás componentes del SVDS. Además, extiende gradualmente los años de aportes con el aumento de la esperanza de vida y reduce proporcionalmente la comisión de las AFP.
Se asumen un salario real de 37,000 (libre de inflación, el promedio TSS) con un aumento anual del 1.0%, una esperanza de vida de 77 años para el 2035, tres años de sobrevivencia y una rentabilidad media del 5.0% real anual.

Un joven trabajador que cotiza durante 35 años aportaría a su cuenta de capitalización individual 2,071,682 pesos, más una rentabilidad de 4,764,216, menos 429,528 de comisión, con un saldo final de 6,406,369.

En adición, aportaría al Fondo de Solidaridad Social (FSS) otros 4,744,873.

Con una tasa de reemplazo del 80% su pensión costaría 7,258,718 de pesos, cubriendo 12 años del titular y 3 del sobreviviente. Su pensión excedería en 852,348 su cuenta individual, diferencia que sería deducida de los 4,744,873 aportado al fondo de solidaridad social, dejando un saldo favorable de 3,892,525 para los trabajadores con aportes insuficientes.

Su pensión sería de 36,864 pesos reales (promedio de 10 años) un monto casi igual a los 37,000 con los que comenzó a cotizar.

Cary Díaz Abre

En el extremo, un afiliado con 20 años de aportes solo acumularía 1,924,017, insuficiente para cubrir una pensión de 4,876,828 equivalente al 55% (mucho más del doble que sin reforma). La diferencia sería cubierta con parte del fondo de solidaridad social aportado por él, dejando un saldo positivo de 705,043 pesos para los afiliados más críticos.

Un pequeño aumento del aporte en 8 años.

El aporte podría lucir elevado, pero todavía resultaría muy inferior al 27% de Argentina, 28% de Brasil, 22% de Uruguay y 28.7% de la Unión Europea. No obstante, consciente de las limitaciones existentes, se plantea un aumento gradual en 8 años.

Para los trabajadores sería de apenas el 0.22% anual y para los empleadores el 0.54%.

Los beneficios serían ostensibles y sostenibles. La pensión de los afiliados con 20 años de aportes pasaría del 19% sin reforma al 55%, y con 25 años de aporte, del 24% actual al 60%, en ambos casos con un aumento de más del 200%. Y todo sin tocar los ahorros, sin déficits fiscales y sin penalizar a los contribuyentes.

Tanto en el sistema de reparto como de capitalización individual el costo de la pensión supera con creces los aportes realizados.

Mientras el reparto cubre la diferencia con los aportes ajenos, reduciendo la capacidad de ahorro de los trabajadores, la capitalización individual nunca toca el ahorro, obteniendo la diferencia mediante inversiones que generan miles de empleos.

Dellys Félix Rodríguez

Esta reforma fortalece los tres pilares integrados “a la dominicana”:

1) un primero con el fondo de solidaridad social de reparto capitalizable 2) un segundo de capitalización individual y 3) un tercero, con aportes y ahorros voluntarios.

Esta propuesta dispone un estudio financiero actuarial independiente cada 5 años y faculta al Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS ) a aumentar el tiempo y las cotizaciones que se deriven del mismo, con la condición de que cuente con una votación calificada de las dos terceras parte del quorum y que se aplique gradualmente.

Como se ve la propuesta de las citadas diputadas Dellys Félix Rodríguez, Caty Díaz Abreu y Lidia Esther Pérez resulta la única viable, solidaria y financieramente sostenible para duplicar la tasa de reemplazo general y las pensiones de los trabajadores con cotizaciones insuficientes, respetando el ahorro de los afiliados y sin generar déficits fiscales.

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