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Reclaman establecer quien apagó la sonrisa de Carlos
Carlos vivía con su abuela materna, Yaneri Cervantes, desde que su madre, Karla Peña, emigró a Estados Unidos hace dos años buscando mejores oportunidades. Sin embargo, hace dos meses, su padre, David Díaz, lo retiró del hogar familiar alegando que lo llevaría solo por un fin de semana. Nunca volvió
Desde entonces, el niño y su hermana de siete años quedaron bajo el cuidado de David Díaz y su pareja, Elisa Valdez, una mujer a quien, según la familia materna, él apenas conocía desde hacía tres meses. La comunicación con el menor se volvió escasa y difícil.
El martes 13 de mayo, la abuela recibió una llamada: Carlos se estaba asfixiando con una sábana. Elisa, quien estaba al cuidado del menor, alegó que había ido al baño. El niño fue trasladado de emergencia al Hospital Dr. José Vinicio Calventi, donde permaneció intubado durante cuatro días. Finalmente, falleció el sábado.
Lo que más alarma a la familia son los signos de violencia visibles en el cuerpo del niño. Fotografías muestran un brazo fracturado con yeso, golpes en la frente, moretones en las piernas y quemaduras en los nudillos.

El certificado de defunción indica anoxia cerebral, contusión y hemorragia cerebral, trauma y una contusión craneoencefálica severa.

“Queremos justicia. No puede ser que un niño muera así y nadie responda”, dijo entre lágrimas Ángela Quezada, tía del menor.
La familia exige que Elisa Valdez, la pareja del padre, sea investigada formalmente.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la madre del menor, está embarazada y próxima a dar a luz. Ella, vive su duelo a la distancia.
Carlos Daniel tenía apenas dos años. Su partida deja no solo un profundo dolor, sino muchas preguntas.