Tiene 12 años desaparecido y nadie sabe nada de él; vivía en Herrera

Santo Domingo.- 28 de julio del año 2012, fue el último día en que la señora Juana Lora observó el rostro de su hijo, Juan Alfredo Díaz Lora, quien salió de su hogar junto a un grupo de personas para ofrecer los servicios de fotógrafo y hasta la fecha desconoce de su paradero.

Díaz Lora salió de su casa en el Libertador de Herrera, el 28 de julio de 2012 hacia la avenida Luperón..

Pedro Díaz y Juana Lora narraron que accedieron al Facebook de su hijo y leyeron una conversación en la que rechazó la invitación de un extranjero para que fuera su acompañante en un resort, y en otra un hombre lo amenazó.

“Los sábados son días que a mí me marcan, yo me siento a contemplar el callejón a la hora que él salió por aquí”, expresó la madre Juana Lora.

Al pasar de los años, el paradero del joven continúa sin rastros, razón por la que la progenitora manifiesta sentirse inconforme con el servicio de búsqueda de personas desaparecidas en el país.

“Ellos siempre dicen lo mismo, que por falta de prueba ellos no han resuelto, pero ellos tienen las pruebas, no han resuelto porque ellos no han querido. Hay un caso que pasa en ese departamento de desaparecidos, que hoy tú vas y hay un comandante, pero a veces no duran ni una semana y cada vez que hay un nuevo tenemos nosotros que empezar de nuevo porque el que llega recibe el departamento, pero parece que no recibe los casos”, declaró.

Igualmente señaló que el día en que su hijo fue contactado para los servicios de fotografía en su rostro reinaba la felicidad debido a que con el sustento que se ganaría le compraría un celular a su papá y terminaría de arreglar su medio de transporte.

“Él se puso muy contento y me dijo: con esos chelitos que me voy a ganar y que al otro día es día de los padres le voy a comprar a mi padre un maquito de eso y voy a arreglar mi pasola que la tengo un poco descompuesta”, señaló.

Al llegar el fatídico día del suceso, relató que el retoño le pidió que cuidara de su hija y al pasar las horas y no volver a pisar el suelo del hogar, comenzó a preocuparse.

“Yo le decía al esposo mío: yo me siento mal, el corazón me dice como que algo anda mal y me siento desinquieta”, enfatizó.

Hasta el momento, la mujer espera respuesta del paradero de su hijo y la esperanza de poder volver estar con él.