Arte, Ciencia y Literatura
El comentario bibliográfico sobre comunidades de la República Dominicana
La historia provincia, así como la historia comunal o comunitaria constituyen un espacio de exploración y reconocimiento útil para el cuentista social y para el investigador de comportamientos históricos y sociales
Por Dr. Odalís G. Pérez
Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)
Pocas veces aparece en nuestro contexto natural e intelectual un análisis categorizado a partir de fuentes históricas y bibliográficas debidamente documentadas por el analista o compilador de dichas fuentes. A menudo, en nuestro país, la historia se escribe sobre la base del anecdotario, la cronología insegura y vaga y la referencia narrativa oral.
La historia provincial, así como la historia comunal o comunitaria constituyen un espacio de exploración y reconocimiento útil para el cuentista social y para el investigador de comportamientos históricos y sociales. Desde una perspectiva escrituraria y frontal, las formas históricas se expresan en la movilidad de las llamadas mentalidades históricas, pero además en la dinámica ascensional de las estructuras sociohistoricas destacadas en el marco de la investigación comunitaria y etnobibliográfica.
En este sentido, la obra Bibliografía comentada sobre comunidades de República Dominicana* de Miguel Collado es un aporte significativo a la historia cultural general y regional de la República Dominicana.
La obra forma parte de un proyecto que, tanto para la investigación etnológica como para la investigación histórica, resulta un material debidamente conformado en base al método crítico-histórico, pero tomado en su nueva configuración teórica de los estudios humanísticos y proyectuales, que suponen toda una historia, una metacultura que, a pesar de la incidencia de las políticas de denominación, sin embargo no pretende negar las identidades culturales a favor de una pseudoglobalizacion cultural que se nos presenta como salvadora, unificadora de acciones históricas y culturales.
Para el autor de esa obra, el bibliógrafo Miguel Collado, la necesidad de fabricar o proponer instrumentos de investigación en manos de estudiosos, críticos y analistas sociales, impone no solamente un criterio, sino, además, un principio de organización y, a la vez, una práctica de la investigación que requiere de información, trabajo, experiencia analítica y, sobre todo, método crítico.
Desde este punto de partida y desde la mirada histórica y documental, la obra de Miguel Collado no es una obra de improvisado, sino, una obra que requiere de tiempo, búsqueda, observación, información, ordenamiento verificación y clasificación de materiales, así como también, de una preparación documental.
Los apuntes bibliográficos de Miguel Collado apuntan siempre al rigor de la prueba y la lenta pesquisa que pretende unificar criterios de interpretación de las formas históricas y memoriales. Pero la práctica bibliográfica de él no está solamente basada en la simple y ordenada de la recopilación de datos editoriales o referenciales, sino que la misma se transforma en el impulso mismo de la búsqueda, en el comentario crítico atinado y revelador del objeto. Cada entrada o asentamiento bibliográfico en la obra de Collado, participa de un comentario o juicio del bibliógrafo. Dicho juicio se concretiza en la mirada fundacional de los diversos espacios culturales.
Esta bibliografía comentada sobre comunidades parte de la historia de la división territorial en la República Dominicana, registrando regiones, provincias, municipios y distritos. Con un orden bibliográfico propuesto sobre la base ardua de búsqueda, necesidad o puntualización de las diversas funciones de la documentación, Collado entiende que la base del estudio comunitario o comunal está en los marcos informativos, en el testimonio epocal, en a fuente documental escrita (¡y hasta moral!) y en el trabajo etnobibliográfico.
Como complemento al método de trabajo, el autor de esta obra adelanta el orden, clasificación unitariedad del sistema de asentamiento, pero, además, Collado avanza (ver: pp. 22-25) la metodología que le ha servido de base para llevar a cabo el plan de la obra. Dicha metodología se apoya también en un factor psicológico de la investigación que permite emprender el trabajo en condiciones de satisfacción intelectual e instruccional.
La motivación y el propósito de la obra se apoyan en el concepto de promoción histórica, tomado a partir de cierta técnica de escritura de la historia, legitimada en el orden de la secuencia temporal, inducida por el relato o comentario de fundamento de la bibliografía destacada. En su motivación y propósito, Collado dice lo siguiente: Estudiar y escribir sobre la historia de una comunidad o pueblo es un ejercicio fascinante. Es trabajar con lo particular, con lo minúsculo, pero que muchas veces resulta ser de tanta trascendencia que en ello encontramos la aplicación a los acontecimientos nacionales (p. 21).
A menudo se critica el hecho de que no se escribe, o se escribe muy poco, o sencillamente, que no se publica mucho acerca de provincias, comunidades o pueblos. El relato bibliográfico o la referencia histórico-crítica en la República Dominicana deben ser tomados como medios para establecer, hacer que se difunda una información histórica. Al respecto Collado asegura lo siguiente:
En República Dominicana, contrario a lo que algunos piensan, se ha escrito mucho sobre comunidades urbanas y rurales, pero ocurre que los trabajos publicados acerca del tema (libros, folletos, artículos), no siempre han tenido la debida difusión y terminan siendo textos desconocidos, lo cual es un reflejo, en parte, de la problemática general existente en nuestro país en lo tocante a la deficiente divulgación del libro y del autor criollos (ibíd.).
La problemática relativa a la localización de textos o escritos sobre comunidades, se explica en muchos casos a partir de la llamada memoria social e histórica, pero también del fenómeno de la documentabilidad. Desde el reconocimiento material, teórico o bibliográfico, se puede establecer un contexto de información o investigación conformado por aspectos o niveles repetoriales que instituyen progresivamente y en proceso, lo que se podría denominar la enciclopedia etnocultural. Dicha enciclopedia registra los saberes, datos, situaciones y textos que se afirman en la oralidad y la escritura. La enciclopedia etnocultural sirve de apoyo al investigador y al escritor haciendo posible, no solamente el valor informativo, sino, además, el contexto crítico de la documentación.
El texto comunitario o comunal se sostiene en la oposición oralidad-escritura y desde dicha oposición propone o repropone el juicio de certidumbre o incertidumbre de una tradición, formula, valor o lenguaje en el marco de las formas o las estructuras sociales.
Conformar una enciclopedia comunitaria en el caso dominicano, requiere de una investigación constante, pero, también, de la crítica misma de la información comunitaria o comunal particularizando, en este sentido, el microuniverso histórico del objeto y el macrouniverso cultural de las acciones socio históricas. Esto quiere decir que el ámbito de la microhistoria es un ámbito abierto y, a la vez, particularizado por el escrito epocal y la temporalidad de la tradición.
Una puntualización prudente e indicadora le permite a Collado destacar el límite de las publicaciones sobre comunidades en el país: De ningún modo pretendemos decir que se ha escrito todo lo que debiera escribirse sobre esos pequeños núcleos o conglomerados sociales llamados con frecuencia patrias chicas. Estamos conscientes de que hay mucho que investigar y escribir en el ámbito de la microhistoria o de las historias locales, pero entendemos que también es importante dar a conocer lo que hasta ahora ha sido escrito al respecto, tanto lo editado como lo inédito. Este juicio permite establecer no solamente una precisión, sino, también, una delimitación del registro bibliográfico del libro: Tal como se colige del título de esta obra, recogemos aquí trabajos dados a la luz pública en el periodo comprendido entre 1900 y 1998, aunque posiblemente algunos de ellos, por omisión involuntaria, no hayan sido incluidos (p. 22). El autor, en este sentido, menciona, declara e indica el fundamento y la base de su investigación, destacando que: Para una mayor comprensión de la bibliografía, a continuación, explicamos la metodología aplicada en la confección de cada asiento bibliográfico, para lo cual nos hemos basado, casi siempre, en las Reglas angloamericanas de catalogación, que son de aceptación universal (Loc. cit).
Conformada la metodología, Collado enumera los elementos en el caso de libros, revistas, artículos y ensayos aparecidos en revistas y suplementos culturales. Para el caso de los libros, los elementos referenciales son los siguientes:
1) Número de asiento bibliográfico
2) Autor o punto de acceso
3) Título del libro
4) Número de edición
5) Lugar de publicación
6) Casa editora o editorial (o entidad cultural)
7) Fecha de publicación (año)
8) Paginación
9) Colección
El autor de esta bibliografía ejemplifica su método y su técnica (ver: pp. 23-24) para, así, dar cuenta de la unidad y coherencia de la obra. Para el caso de artículo y ensayos aparecidos en revistas y suplementos culturales se particulariza el proceso informativo-documental siguiente:
1) Número de asiento bibliográfico
2) Autor o punto de acceso
3) Título del artículo o ensayo
4) Título de la revista
5) Volumen de la revista
6) Número de la revista (entre paréntesis)
7) Páginas/s de la revista donde aparece el trabajo
8) Fecha de publicación de la revista (mes y año)
Tanto la metodología como el procedimiento que sirve de base a la obra concurren en la organización de la misma, destacándose aspectos estructurales tales como:
1) Relación bibliográfica alfabética por provincia
a) Estudios generales
b) Estudios específicos
2) Crono-bibliografía (1900-1998)
3) Apéndices
a) Regiones, subregiones y provincias
b) Provincias, municipios y distritos municipales
c) División territorial del Distrito Nacional
4) Índices
a) Índice alfabético de comunidades
b) Índice alfabético de autores
Esos aspectos funcionan, además, como bloques de información que permiten un manejo de la obra y un uso específico, dependiendo de la necesidad o utilidad de la información. Podemos destacar el hecho significativo que se desprende de la utilidad de esta obra que, en el caso de su eficacia y necesidad se presenta como un instrumento de trabajo positivo para el investigador en ciencias sociales y en ciencias humanas. Los estudios de microhistoria cobran, en este sentido, un valor colosal en el marco de la historia oficial, la historia oral y la historia testimonial. El documento oral y el documento escrito sirven de apoyo a las llamadas historias generales que, en la mayoría de los casos, son incompletas sin el referente comunitario y epocal.
En el caso de la microhistoria, tenemos que, el referente de base apoya el uso informativo, documental, teórico y testimonial, a favor de una construcción del objeto de conocimiento histórico, validado por la comunidad histórica y cultural. El historiador de las mentalidades, el historiador de las instituciones y el historiador de las localidades, confirman su hipótesis en un trabajo de campo amparado en ideologías de lenguaje que marcan el estado simbólico, arqueológico, documental o informativo del dato o la pesquisa. En los estudios sobre la microhistoria el rasgo o el índice poblacional, económico, cultural, demo lingüístico, social, histórico o institucional particularizan el fenómeno, así como la cualidad de los actos históricos locales.
De ahí la necesidad de instrumentos que, como el utilizado por Miguel Collado, aseguran un arco de pronunciamiento intelectual representativo de cada provincia, región, municipio o aldea local.
En la tradición de los estudios de microhistoria (Vovelle, Marc Bloch, Lucien Febvere, Enmanuel Leroi-Ladurie), el tratamiento de la información histórica, así como el campo frontal y etnobibliográfico, le sirven de base al investigador de las comunidades, principalmente en su trabajo crítico referencial y en la contextualización de fenómeno y formas histórico-culturales. La historia de la división territorial, así como los estudios de la geografía humana y la geografía física, convergen en la investigación y campo de análisis de las comunidades locales, siendo así que la suma de las historias locales podrían constituir la historia general del país o de la nación dominicana.
A partir de incursiones, motivaciones, documentos orales, documentos escritos y gestos testimoniales, se va formando un campo de estudios de microhistoria que, en los últimos veinte años, va cobrando valor en los estudios de historia informal y comunitaria. Debemos destacar que la investigación microhistórica ha sido objeto de trabajo de Miguel Collado y que la presente obra, aunque bibliográfico-documental, se concretiza como estructura de continuidad de su investigación anterior en este sentido.**
Referimos en este trabajo el orden de dicha investigación en lo concerniente al municipio de Jánico, por ejemplo, mediante los asientos bibliográficos 547, 548, 549 y 550 (op. cit., pp. 306-307). En el caso de su obra Jánico: notas sobre su historia (Santo Domingo: Editora Pavel, 1993. 302 p.) asistimos a la descripción o documentación y registro de un escenario histórico cultural, cuyo aporte a la cultura dominicana hubiera quedado olvidado si no hubiese sido por la datación microhistórica, arqueológica, y antropológica de Collado y otros mencionados en los asientos 551, 552, 553, 554, 555, 556 (respectivamente, en op. cit., pp.307-309). La descripción y análisis de Miguel Collado en el orden particular de esta investigación participan también del conocimiento de la localidad a partir de las fuentes indicadas en ensayos y en la obra misma.
Creemos que la Bibliografía comentada sobre comunidades de República Dominicana (1900-1998) conforma la monografía bibliográfica particularizada como un registro frontal significativo para la investigación de comunidades dominicanas. El proyecto de Collado, en este sentido, es un proyecto revelador que nos informa de una búsqueda que ya podríamos denominar especializada en el contexto de los estudios sobre testimonio, formaciones, espacio, historias y mentalidades locales.
Un aspecto de interés particular señalado en el libro que comentamos es el relativo a la división territorial del Distrito Nacional (ver: pp. 402-405), puntualizado por la zona urbana y sus sectores, barrios, ensanches, urbanizaciones residenciales, pero, también, de la zona rural contentiva de las secciones de dicho distrito al momento de la publicación de la obra.
La fuente marcada en la página 405 pertenece a la documentación y división del Ayuntamiento del Distrito Nacional. Dicha referencia informativa anuncia en Miguel Collado un proyecto aún más vasto que incluiría las historias sectoriales de los barrios, ensanches, urbanizaciones, residenciales. La continuidad de las investigaciones comunitarias con una perspectiva de resultados etnohistóricos produce, también, el interés desde la motivación por el estudio de las historias locales, siendo así que la historia popular conforma los ejes de significación social que articula, en el proceso, el verdadero objeto de las historias locales y testimoniales.
La permanencia de un proyecto semejante enriquece gradualmente la historia política, intelectual, cultural, económica y espiritual de los poblados. Lo que le sirve de base al registro de estas historias de poblados es el signo y la señal. En este contexto la descripción, conocimiento, acciones y desarrollos de los poblados, se reconocen en la memoria etnocultural de la República
Dominicana y en los elementos que conforman un discurso de la historia que tendrá su valor en el espacio-tiempo del quehacer histórico- cultural.
El registro activo de ejes accionales que soporta la memoria social posibilita el movimiento de las estructuras y funciones de la representación etnocultural, direccionalmente cualificado por los informadores o sujetos accionales que dinamizan el contenido de la memoria social cultural. Particulariza la nueva travesía de la discursividad histórica, apunta a una construcción de instancias metodológicas contextualizadotas, que motivan una reflexión acerca de la historiedad de los espacios provinciales y regionales concebidos en el marco de la nueva historia.
La propuesta de conservar la continuidad y preservación permanente de los ejes identitarios en el marco de las comunidades locales, exige un conocimiento puntual de la historia oral y documental que asegura, a su vez, un campo de compromisos históricos y culturales necesariamente reconocido en las acciones culturales propiciadas por el sujeto comunitario.
En este sentido, la etnobibliografia, los diversos tipos de asentamiento bibliográficos, la historia documental y la historia oral se encuentran en el aporte que hace Miguel Collado a los estudios de poblados, comunidades y espacios provinciales de la República Dominicana.
NOTAS
*Miguel Collado. Bibliografía comentada sobre comunidades de República Dominicana (1900-1998). Prólogo: Dr. Daniel Beltré López; introducción: el autor. Santo Domingo, Rep. Dom.: Comisión Presidencial de Apoyo al Desarrollo Provincial, 1999. 425 p. (Colección “Provincias”; no. 3).
** El Dr. Odalís G. Pérez se refiere a la obra Apuntes bibliográficos sobre la literatura dominicana, publicada por el investigador Miguel Collado en 1993 y que le mereció el Premio Casa del Escritor Dominicano como el mejor libro del año en su género. (Nota del editor).