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Luis Bonilla, un nuevo Procónsul Romano en San Juan

El presidente del Plan de Desarrollo de San Juan insulta a los sanjuaneros en su propia cara y todos se quedan callados

Cuando el presidente Luis Abinader nombró a Luis Bonilla como presidente del Plan de Desarrollo de San Juan cometió una indelicadeza que los sectores organizados de la población no debieron permitirle. Alguien debió tener la confianza y valor de decirle: Presidente eso no está bien.

Sencillamente es inaceptable que un extraño sea puesto al frente de las expectativas de desarrollo de una comunidad a la que él no pertenece. Así las cosas ¿podrá jugar cabalmente su papel? Seguramente que no. Entonces,¿No tiene San Juan hombres y mujeres con suficiente preparación e integridad para ocupar ese puesto?

¿Qué sabe Luis Bonillas de las pesadillas, los sueños, los anhelos, las frustraciones, los engaños, los fracasos de los que ha sido objeto la provincia San Juan?

El, aunque no lo ha dicho,debe estar pensando que además de pidilones (como se dio el gusto y la libertad de llamarlos hace poco), los sanjuaneros son también estúpidos y cobardes.¿por qué?

Estúpidos porque no tienen la sensibilidad suficiente para entender que un hombre de otra parte del pais no es la persona idónea para estar al frente de los aprestos para el desarrollo de su provincia. Su nombramiento debió ser rechazado por un asunto de simple dignidad como pueblo. Sobre todo porque él no está en ese puesto debido a un histórico de interés por esta comarca,sino que está ahí por el favoritismo de un decreto frio, emitido por un presidente que lo nombró en un cargo tan importante sin consultar la comunidad. Eso es improcedente. No es justo. Está ahí porque un amigo, que ni siquiera es de San Juan, lo recomendó para el cargo. ¿Así es que estamos?

En otras partes del pais las cosas ocurren de  otro modo.En Monseñor Nouel, por ejemplo, el presidente hizo lo mismo. Nombró un encargado del plan de desarrollo de esa provincia. En aquella comarca el senador Héctor Acosta  (El Torito) en vez de hacerse de la vista gorda se indignó y renunció de una comisión en donde lo  habian puesto y dijo que renunciaba por  no estar de acuerdo con la decisión del presidente. Dijo que no consultaron la comunidad. Aquí,sin embargo , todo el mundo se quedó callado cuando nombraron a Bonilla. El pueblo de los estúpidos y cobardes, que no quieren echar el pleito con el gobierno. Esa imputación va para los del gobierno, para la sociedad civil, el ayuntamiento, los regidores y los legisladores de la provincia. Y a todo el liderazgo local.

Luis Bonilla no lo ha pensado dos veces para llamar a los sanjuaneros pidilones delante de altas personalidades politicas y gubernamentales de la localidad que se han tragado la lengua. Seguramente ya se lo dijo tambien al presidente y a otros altos funcionarios. ¿Eso es San Juan? Da verguenza. Bonilla no solo hizo su afirmacion en esta ciudad, en un acto público, sino que sin ningún rubor, sin ningún respeto, sin pensar que está hiriendo sesibilidades (algo que parece que no le importa) dijo que eso lo ha dicho varias veces en otras reuniones. Es decir, tenemos una bocina gratuita, un relacionista público negativo, que se da el gusto de detractarnos en otras partes del pais, sin que nadie le llame la atención . Lo felicito. ¡Cuanto poder tiene!

Luis Bonilla es como una especie  de Procónsul en el tiempo  del Imperio Romano. Aquí es un poder. Se puede cagar en todo el mundo sanjuanero y no pasa nada.

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