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La familia de la menor asesinada en cabaña de Azua espera se haga justicia

Las cabañas de Monte Río, en Azua, no dejan entrar a curiosos. Tan solo a la policía. El pasado domingo, allí se cometió un crimen. Nashli Sánchez Paulino murió por un disparo en la cabeza. Solo tenía 15 años

La policía dio los nombres de los supuestos matadores: Yersi Asdrúbal Calderón y Elis Saúl Contreras. El segundo, de 30 años, se entregó durante la mañana del lunes en el destacamento de Cabarete, en Puerto Plata. Sin embargo, no se sabe nada del otro, de Yersi Asdrúbal.

Las cabañas de Monte Río

El pasado domingo fue el día en el que la policía informó del homicidioNashli recibió un disparo en la cabeza con un arma de fabricación casera. Es lunes, pero la escena del crimen no se puede ver. Las instalaciones de las cabañas están blindadas y solo dejan entrar a la policía para que investigue el caso.

No parece haber nadie en las cabañas. El crimen ha conmovido a Azua y la calle Sergio Vílchez, lugar donde se encuentran las instalaciones, está poco transitada. Al asomar la cabeza en la entrada, enseguida sale una de las trabajadoras para prohibir el paso. “No pueden estar aquí ni tomar fotos”, anuncia. Solo están dispuestos a dar información a la policía.

Uno de los presuntos responsables se entregó a la policía en Puerto Plata

Luego, otro trabajador, un hombre de mediana edad, se acerca y dice: “La prensa no puede ver nada, tienen que ir a la policía y preguntar”. Tras esto, se gira y abre la puerta de la cabina del vigilante de la entrada. Le dice: “De aquí no puede pasar nadie, me los devuelves de una vez”.

El ambiente en las cabañas es tenso. Allí fue donde se cometió el hecho. Allí es donde murió Nashli Sánchez, la adolescente de 15 años. Ese es el lugar del que escaparon los homicidas en una yipeta marca Honda CR-V, blanca.

La familia de Nashli Sánchez está conmovida por la pérdida. Ellos viven en la pequeña localidad de Las Charcas, en la provincia de Azua. Allí están familiares y amigos de la difunta, sentados y compartiendo el luto. Están en un sitio humilde, frente a una casa con el tejado de hojalata. Se sientan en unas sillas de plástico. Fue allí donde recibieron la noticia, el lunes por la mañana, de que uno de los identificados por una testigo se había entregado en Puerto Plata.

A él no le salen muchas palabras y sus ojos llorosos confirman el difícil momento que está pasando la familia. Confían en la investigación de las autoridades. “La policía está en contacto con nosotros, ellos están haciendo su trabajo”, expresa triste.

Más allá, de pie, se encuentra el bisabuelo de Nashli, Inocencio Baldés. Dice que su bisnieta era una chica a la que le gustaba mucho salir a la calle. “Anteayer a mí me llevaron al médico, atacado de los nervios, porque yo sabía que esa niña andaba a la una y dos de la mañana, con la delincuencia que hay”, dice Baldés, afirmando que la difunta era una chica difícil de retener en casa.

En cuanto al caso, afirma que “aún no sabemos qué pasó. La que tiene que saber lo que pasó es la amiga que andaba con ella, es la que va a decir si fue que la llevaron o no. Eran dos muchachitas que andaban”. Sin embargo, él sabe que ya no se puede hacer nada, Nashli se ha ido, se la han llevado. “No hay que lamentar porque la muchacha ya murió, ahora hay que esperar a que la justicia haga pagar las consecuencias al que hizo el hecho, o a los que lo hicieron, porque la amiga dijo que fueron dos”, finaliza.

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