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Misioneros asesinados en Haití fueron torturados y quemados
Dos de los tres misioneros que murieron el jueves a manos de una banda armada dentro de un orfanato de niños al norte de Puerto Príncipe, en Haití, presentan quemaduras, según se observa en un video que se hizo viral en las redes sociales
Los cuerpos de los esposos Davy Lloyd y Natalie Lloyd, yerno e hija de un congresista estadounidense, estaban uno al lado del otro en la parte interna del orfanato, con graves quemaduras en todo el cuerpo y un charco de sangre alrededor. Mientras que el cuerpo de Jude Montis se encontraba afuera con una sábana, mostrando signos de golpes y con los brazos extendidos.
Según informó la organización Misiones en Haití, el hecho se registró cuando los delincuentes armados llegaron a bordo de tres vehículos al albergue, donde se encontraban la pareja Natalie y Davy Lloyd, la hija y el yerno de un legislador de Estados Unidos, y el pastor Jude Monti. El refugio está bajo el control de las pandillas desde hace meses.
El ataque se produjo el mismo día que en la Casa Blanca se reunían el presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo de Kenia, William Ruto, cuyo país liderará la misión multinacional en Haití.
Ante la trágica muerte de los misioneros, la Casa Blanca pidió el rápido despliegue de la misión multinacional porque, en palabras de un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, “la situación de seguridad en Haití no puede esperar”.
Los tres misioneros habían llamado a sus contactos en Estados Unidos para que los ayudaran y la ONG para la que trabajaban intentó negociar con los pandilleros para que no los mataran.
En agosto de 2022, Natalie y Davy contrajeron matrimonio y ese mismo año se mudaron a Haití para continuar con las labores de la ONG “Misiones en Haití Inc.“, fundada por los padres de Davy.
Debida a la situación de crisis en Haití, la violencia, ataques, violaciones y secuestros por parte de las bandas armadas son recurrentes. Aún así, Natalie y Davy prefirieron no hacer caso al anuncio que hizo Estados Unidos hacia sus ciudadanos en el país caribeño, instando a los estadounidenses a no viajar a Haití debido a sus condiciones de seguridad “impredecibles y peligrosas”.
“Fueron juntos al cielo. Por favor oren por mi familia, necesitamos fuerza desesperadamente. Y oren también por la familia Lloyd. No tengo otras palabras por ahora”, expresó el padre de Natali, legislador del estado estadounidense de Misuri, Ben Baker.
Presidente keniano dice misión policial llegará en unas tres semanas
El presidente de Kenia, William Ruto, prevé que la fuerza policial de su país que debe liderar el combate contra la inseguridad ciudadana en Haití llegue a ese territorio en unas tres semanas, según dijo a la BBC.
Ruto explicó en una entrevista con la cadena pública británica, al término de su visita a Estados Unidos, que un equipo de planificación ya se encuentra en el país caribeño para sentar las bases de la misión internacional auspiciada por la ONU y que encabezará Nairobi.
“Mientras hablamos, ya tengo un equipo en Haití”, declaró Ruto el viernes.
“Esto nos dará una idea de cómo están las cosas sobre el terreno, de los efectivos disponibles y la infraestructura existente”, explicó.
Modus operandi de bandas haitianas
Los grupos armados han sumido a Haití en una crisis de seguridad, humanitaria y política, perpetrando una amplia gama de atrocidades que incluyen asesinatos, robos, extorsiones, violaciones, asesinatos selectivos, tráfico de drogas, secuestros, incendios provocados, entre otros.
Varias de las pandillas que operan en Puerto Príncipe están bajo el mando del expolicía Jimmy “Barbecue” Chérizier.
Estas pandillas, a veces utilizadas por las autoridades para reprimir protestas en barrios populares, fueron descritas por el Departamento del Tesoro estadounidense a finales de 2020 como responsables de “sacar a víctimas, incluidos niños, de sus casas para quemarlas, desmembrarlas y darlas de comer a los animales”, lo que llevó a la imposición de sanciones contra Chérizier.
Jimmy Chérizier rápidamente se convirtió en la figura más poderosa de Puerto Príncipe. Aunque fue identificado por organismos internacionales, se enfrentó a emisarios de la ONU que lo acusaron de “socavar la paz, la estabilidad y la seguridad de Haití y de la región”, y trataron de imponerle sanciones.
A pesar de que Chérizier insiste en que su apodo “Barbacoa” se refiere a su adolescencia, cuando vendía carne a la parrilla con su tío en las calles de la capital haitiana, varios observadores del país independiente de Francia desde el siglo XIX cuestionan esta afirmación, sosteniendo que el apodo alude a sus espantosas costumbres: ataques marcados por incendios y víctimas carbonizadas.