Un relato increíble: José Adames tenía 24 años de casado con su asesina; fue limpiabotas en su niñez

San Juan de la Maguana

24 años después, cuando María Altagracia le daba más de 25 puñaladas para quitarle la vida, el profesor José Adames, ya agónico, probablemente recordaría la primera vez que vio aquella muchacha de 22 años, linda, amable, que le robó el corazón. Una muchacha indefensa y buena. Nunca imaginó que estaba frente a una mujer que 24 años después se convertiría en una asesina, y que él sería la víctima.

Dicen que la vida es una caja de sorpresas. La expresión no puede ser más cierta. El profesor José Francisco Adames conoció a María Altagracia Villegas cuando ambos eran muy jóvenes. El tenía 24 años, recién cumplidos, y ella 22,  luego se casaron llenos de ilusiones y con deseos de hacer una vida juntos “para toda la vida” y durante muchos años fueron un matrimonio feliz, probablemente ejemplar.Todo ese tiempo José estuvo “durmiendo con el enemigo”, sin saberlo.

A la hora de su muerte trágica, José,  con 48 años recién cumplidos, tenía 24 años de casado con María Altagracia con la que se unió maritalmente en 1990. Eso quiere decir que contrajo matrimonio con ella cuando solo tenía 24 años, pues nació un 13 de febrero de 1967.  Tenía, exactamente,  la mitad de su vida casado con ella. No tuvieron hijos. Tal vez si hubiesen tenido descendientes la tragedia no ocurre, pues ocupados con los muchachos, y quien sabe si, tal vez, con algún nieto, la vida de ambos hubiera tomado otro carril. Como una paradoja de la vida José fue asesinado 3 días después de su cumpleaños. El acto horrendo y dantesco en que fue ultimado se produjo la noche del 16 de febrero de 2015.

José y el Obispo Monseñor Grullón Estrella

Fue un momento dramático. Según relató el hermano de María Altagrcia, el joven Geraldo Paniagua,, y que fue  su cómplice en tan desafortunada acción, José estaba desprevenido cuando él llegó a la casa, invitado por su hermana. Aprovechando un descuido de este le dio una puñalada en la garganta.Aquel debió ser un momento amargo, doloroso, sorprendente para José, que de pronto fue agredido mortalmente por algunas de las personas en quien más confiaba. Uno de los agresores fue su cuñado, un joven de 22 años, alguien que José vio nacer, pues tenía dos años de casado con María Altagrcia, cuando nació Geraldo, a quien seguro cargó siendo un bebé, y a quien vio crecer. En efecto, no esperaría nunca que estos dos  lo apuñalarían de la forma salvaje en que lo hicieron. Después tiraron su cadáver en un río. Una acción deleznable, solo posible para personas que han perdido el juicio, o muy  frías y calculadoras, como parece ser el caso que nos ocupa.

Fue algo espeluznante, porque estando herido de muerte, sangrando profusamente, María Altagracia lo remató dándole más de 25 puñaladas, en un acto cargado de saña, crueldad y rabia. Tal vez algún día la sociedad pueda saber qué dijo José al recibir aquella brutal agresión en la que perdió la vida. Tal vez algún día se sabrá qué decían sus verdugos, ante su víctima indefensa, qué le gritaba ella, qué  o cuales palabras pronunciaba su hermano Geraldo Paniagua, y qué expresaba José, que indefenso no pudo hacer nada para evitar que lo aniquilaran de una forma tan salvaje, propia de los años más oscuros de la humanidad, como la etapa prehistórica o los años crueles de la Edad Media o el peligroso período del Renacimiento italiano, en tiempo de Los Borgia y Maquiavelo. Aquel momento fue para José tan patético como  “la noche de los cuchillos largos”, cuando Hitler asesinó a sangre fría a decenas de militares que consideraba una amenaza para sus planes.

La niñez  de José no fue buena, y su juventud, muy difícil, estuvo llena de afanes y preocupaciones, aunque le sobraban ilusiones y deseos de triunfar.. Hijo de padres muy pobres fue limpiabotas en la niñez, y solo a los once años pudo ingresar a la escuela. A partir de entonces no pararía en una carrera ascendente que lo llevaría de una buena posición a otra. Fue un gran ejemplo de superación personal.
Su deseo de ser alguien en la vida lo llevó a estudiar educación Básica en la Universidad Central del Este (UCE), donde se graduó con honores (“Magna Cum Laude”), y posteriormente hizo una maestría en educación superior en el Centro Universitario Regional Oeste (CURO-UASD).

Profesor en varias escuelas rurales, no se marginó de la vida política, como hacen muchos. Apenas con 16 años Ingresó al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en donde alcanzó gran notoriedad por su trabajo, disciplina y capacidad personal.

José Adames tenía grandes cosas que hacer. Su  muerte a destiempo tronchó, de una vez y para siempre, todo su potencial. María Altagracia y su hermano nunca serán capaces de entender todo el daño que hicieron, no solo a José y su familia, sino todo el auto-daño que se ocasionaron para toda la vida. Estamos, pues, frente a una tragedia… y de las mayores.

Todas estas informaciones fueron extraídas de un trabajo que preparó para este periódico digital la joven Manuela López Bidó, a quien le damos las más efusivas gracias.

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