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Dos muertes para una noche de brujas, en San Cristóbal y en la capital
Dos hombres matan sus parejas, una asfixiada con un cordón de zapato y a la otra le cortaron la cabeza con un machete
AMBAS MUERTES OCURRIERON EL PASADO SABADO Y UN AQUELARRE DE BRUJAS LE HUBIERA QUEDADO CORTO
Santo Domingo.-Un cabo de la Policía Nacional torturó a su pareja y luego la mató asfixiándola con el cordón de un zapato y posteriormente se suicidó, hecho registrado la madrugada del pasado sábado en el sector Los Frailes II, de Santo Domingo Este.
La víctima es Luz Clarita Soriano Berroa, de 21 años de edad, mientras que el victimario y suicida es el cabo de la Policía Braulio Morillo Vargas de 25 años.
Según datos preliminares, previo a cometer el hecho, Morillo Vargas habría obligado a Luz Clarita a enviarle un audio a su padre, Francisco Alberto Soriano, diciéndole que se quitaría la vida con un veneno.
Éste aseguró que el verdugo de Luz Clarita, le rompió la quijada y la hizo ingerir una sustancia venenosa que ella pudo vomitar.
“Nunca pensé en la vida que esta persona, a la cual yo le doné mi propia sangre, le iba a quitar la vida a mi hija. Él la masacró, le pegaba con alambre para hacerla grabar una nota de voz para que me dijera que se iba a quitar la vida con un veneno, me la ahorcó, me la estranguló con un cordón de un zapato, me la dejó muerta”, expresó el padre de la víctima.
Soriano se expresó así al llegar este sábado con el cadáver a su casa del sector Agua Loca, cercano a los Frailes II.
Según el padre de Luz Clarita, ésta residía en el municipio de El Valle, Hato Mayor, donde Morillo Vargas prestaba servicios, pero había venido a la capital a cuidarlo porque se recuperaba de un accidente de tránsito.
LA OTRA MUERTE EN SAN CRISTOBAL
En Cambita garabitos de San Cristóbal. Un hombre segado por los celos cercenó la cabeza de su mujer de varios machetazos y se suicidó ingiriendo una sustancia venenosa luego de cometer el hecho
Magaly Pérez, de 34, recibió los machetazos de parte de su marido Juan Carlos de la Cruz porque supuestamente estaban separados y ella se negaba a la reconciliación, razón por la cual, él había estado detenido en varias oportunidades, pero era dejado en libertad por las autoridades de San Cristóbal.
De acuerdo a lo narrado por el padre de la mujer asesinada, en varias oportunidades él acompañó a su hija a poner la querella en torno a las amenazas de muerte que le hacía el agresor, pero las autoridades no le prestaban atención.
Los fallecidos dejan en la orfandad a cuatro hijos y su residencia estaba ubicada en el sector de Zona verde, en la entrada al principal poblado del municipio de Cambita Garabitos, ambos eran oriundos de la comunidad de Mucha Agua perteneciente a este mismo municipio.
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