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Eso está mal. El petróleo baja y baja, pero los precios de la comida, energía y transporte siguen igual
El precio del barril del petróleo tiene más de 50 semanas bajando, y sin embargo los precios de los bienes y servicios que recibe la población no solamente no han bajado,sino que algunos renglones se ha incrementado.
Por ejemplo, los precios de los pasajes del transporte público urbano en la capital y los pueblos del interior se mantienen iguales a los que tenía hace cinco meses, cuando los combustibles se vendía a un precios promedio que superaba 70 pesos más que ahora.
Algunas empresas privadas, cuyas unidades viajan a diferentes ciudades del interior del país, han hecho una rebaja pírrica de diez pesos en los precios de sus pasajes. Pero los carros del transporte urbano, los llamados “carros del conho” mantienen su tarifa igual.
Lo mismo ocurre con la tarifa eléctrica, cuya facturación se mantiene igual al margen de la baja sustancial en los precios del barril de petróleo. La misma crítica sirve para los productos de la dieta básica cuya elaboración requiere grandes cantidades de consumo de energía eléctrica y que la rebaja del precio de los combustibles ha abaratado los costos de producción. El mismo comentario vale para los fletes de mercancías que son enviadas a las diferentes ciudades de la nación cuyo costo por consumo de gasolina o gasoil se ha reducido considerablemente.
Se estima que debido a la caída del precio del barril de petróleo debe provocar una baja sustancial en todos los renglones de las actividadees productivas del país que requieran los derivados del petróleo para su producción.