Sin dudas que el expresidente Fernández se siente muy afectado con la disposición de la Junta Central Electoral, JCE, que prohibió a los partidos políticos realizar manifestaciones multitudinarias en la calle como las que ha llevado a cabo últimamente el presidente del PLD.
Los estrategas del doctor Fernández dicen en privado que la decisión de la JCE, propuesta por su presidente, Julio César Castaños Guzmán en el pleno del organismo, busca limitar el empeño que tiene ese político que busca la candidatura en las elecciones del 2020.
Fernández y algunos abogados asesores, estiman “inaplicable” la resolución de la JCE, un término que es poco menos que rebeldía porque el exgobernante ha convocado a una manifestación nacional el próximo 26 de agosto, a poco menos de dos años de los comicios.
Al parecer para comprobar cuál es su situación frente al público luego de algunas señales que lo benefician como el posible candidato presidencial, el exgobernante inició una cruzada de “calentamiento”, que atrajo público, pero nada como en sus días de gloria.
El doctor Fernández está peleando en varios campos relacionados, como son las primarias para la elección de los candidatos, la Ley de los Partidos y Agrupaciones Políticas, y, desde esta semana, la prohibición de la JCE de hacer mítines. Aboga por primarias cerradas.
Los abogados que lo asisten en el último empeño alegan que la decisión de la JCE es inconstitucional, lo que lanza a la cara de los miembros de ese organismo la presunción de que no conocen la ley o de que actuaron para causarle perjuicio al político, y beneficiar al poder.
Es claro para muchos dominicanos que las primarias abiertas como el cese de la campaña electoral anticipada benefician al presidente Medina, quien sigue adelante con sus actividades que congregan público en todo el país y que los suyos lo atribuyen a su agenda. Con tantas sospechas en el ambiente político, lo probable es que la JCE tendrá que volver a discutir con los partidos políticos el tema de la resolución 12-2018 que conmina a los aspirantes a las elecciones del 2020 a cesar sus actividades en la calle.
Tanto en el actual como en los gobiernos del expresidente Fernández, para realizar actividades políticas o manifestaciones en las calles, se requería una autorización de Interior y Policía, aunque no se sabe si en las últimas dos marchas en los barrios se hizo tal solicitud.
El gobierno campante
El gobierno del presidente Medina está muy campante. El Presidente siguió su rutina durante la semana aunque el Ministerio de las Fuerzas Armadas emitió un comunicado en el cual dispuso el acuartelamiento general de sus tropas, sin razones específicas.
El gobierno del presidente Medina está muy campante. El Presidente siguió su rutina durante la semana aunque el Ministerio de las Fuerzas Armadas emitió un comunicado en el cual dispuso el acuartelamiento general de sus tropas, sin razones específicas.
El acuartelamiento coincidió con un anunciado “carreteo” contra la corrupción y los altos precios de los combustibles, alentado por grupos desconocidos y por Somos Pueblo, una de las nuevas agrupaciones juveniles opositoras que convocan sus actos por las redes sociales.
Aunque el “carreteo” fue lo que se diría un fracaso, espantó a muchos ciudadanos que evitaron las zonas de la parte alta de Santo Domingo donde se produjeron taponamientos. Los críticos de la marcha opositora dijeron que pese a sus quejas, gastaron mucho combustible.
El martes, día del “carreteo” y del acuartelamiento, todo estaba preparado para la entrega por parte del presidente Medina del Centro Educativo Israel, en Manoguayabo, que discurrió de manera muy normal pese a los rumores y los afanes políticos de la semana.
El pasado martes, el ministro Administrativo, José Ramón Peralta, dijo a la matrícula de la Asociación Dominicana de Exportadores, Adoexpo, que las cuentas del gobierno cerraron el primer cuatrimestre del año exhibiendo un superávit de RD$1,022 millones.
Infortunios del PLD
El PLD ha sufrido últimamente una serie de infortunios mayormente derivados del sometimiento de algunos de sus dirigentes principales, como el secretario de organización, Féliz Bautista, y el de tesorería, Víctor Díaz Rúa, por el escándalo de Odebrecht.
El PLD ha sufrido últimamente una serie de infortunios mayormente derivados del sometimiento de algunos de sus dirigentes principales, como el secretario de organización, Féliz Bautista, y el de tesorería, Víctor Díaz Rúa, por el escándalo de Odebrecht.
El pasado lunes los dos secretarios del PLD fueron suspendidos por el secretario general, Reinaldo Pared Pérez, en una decisión controversial que enfrentó a diversos sectores partidarios.
El solicitante de la suspensión fue el precandidato, Francisco Domínguez Brito. Las cosas fueron peor para Bautista que para cualquiera de los otros, sometidos por el expediente de la Odebrecht, ya que los Estados Unidos vinculó al exsenador con la corrupción en la República Dominicana y con obras defraudadas en Haití. Le retiró la visa y la de sus familiares.
Por su cercanía al doctor Fernández no podía pasar por alto ante el público el daño que los últimos casos le causan a su aspiración a ser el candidato presidencial del PLD, una decisión que no tiene vacilaciones y que la impulsa la mejoría de su imagen en algunas encuestas, aunque recogen también su alta tasa de rechazo.
Fernández ha endurecido sus pronunciamientos, quizás una pérdida de tiempo que pudiera hacer desgastar más su imagen pública y de aspirante al poder para una cuarta ocasión, en el caso de que al final de la brega el presidente Medina no busque la reelección.
Al partido de Medina y de Fernández le va muy mal con el caso de los sometidos por la corrupción de Odebrecht, que acaparará la atención del país y del cual podrían salir a relucir muchos detalles del entramado de corrupción que envolvió sobre todo a congresistas de los principales partidos.
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