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Suprema ratifica 30 años de prisión a mujer se grabó asfixiando su hija
La ex pareja de la mujer solicitó clemencia para su ex pareja: "es demasiado" dijo
La bebé no murió ni sufrió ningún tipo de lesión y la madre dijo que fue un vídeo simulado para presionar al padre
SANTO DOMINGO.-Casi 20 segundos tomó Benerio Jean Bretón ayer para solicitar clemencia a los jueces de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia. “Es demasiado”, les dijo a los magistrados para referirse a los 30 años de prisión a los que está condenada su expareja Berkis Brazoban por grabarse en un video asfixiando a su bebé de 11 meses de nacida.
El padre de la niña acudió a la primera audiencia en la que la Suprema Corte de Justicia conoció el recurso de casación presentado por Brazoban para que la absuelvan de la sentencia que se le impuso en 2019 y fue ratificada en 2020 por un tribunal de segundo grado.
“Que la liberen… (debieron castigarla) de otra manera”, dijo el joven a Diario Libre. A su juicio, lo correcto hubiese sido una condena de dos o tres años. “No más de ahí”.
“Ella me dice que se siente arrepentida, que se siente muy mal y que la perdone. En mi caso yo la perdoné”, comentó.
En julio de 2018, cuando Brazoban tenía 23 años, se grabó en un video que terminó difundiéndose en Facebook, en el que se la veía asfixiando con una almohada a su bebé, quien no falleció ni resultó con secuelas físicas, según una evaluación posterior.
La joven, que guarda prisión en la cárcel Najayo-Mujeres, ha alegado ante la justicia que el video (que envió a su expareja por WhatsApp y una hermana lo subió a Facebook), fue un simulacro para presionar al padre para que regresara de Haití -donde estaba trabajando- y que cumpliera con la manutención.
En fases anteriores del caso, el Ministerio Público describió que en el video se observa a la bebé acostada en una cama, boca arriba, llorando. Una persona con voz femenina toma una almohada y se la pone en la cara a la infante, presionándola, tratando de asfixiarla, cuyo llanto deja de oírse por momentos al tener la cara tapada. Mientras, a la mujer se le escucha decir: “¿Tú la estás viendo cómo está gritando? Mírala, sudadita. Chequea, que soy una dura”.
Entre pataleos de la infante, se escucha a la voz femenina decir: “Tú me avisas si eso es lo que tú quieres: que la mate. Tú nada más tienes que mandarme un sí, para que tú veas cómo te la mato”.
El Segundo Tribunal Colegiado de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santo Domingo consideró la acción como acto de tortura y barbarie y la condenó a 30 años de prisión, que es la pena que establece el Código Penal para torturas o actos de barbarie cometidos contra niños y adolescentes.
Jean Bretón dijo a Diario Libre que no se arrepiente de haberla denunciado. “No podía esperar a que ella hiciera algo peor para yo denunciarla, sería ilógico”, dijo. Pero aboga para que sea liberada y pueda continuar criando a su hijo mayor (de otro padre), no así a la niña.
La abogada Sarisky Castro, representante de la defensora pública Teodora Henríquez, quien asiste a Brazoban, solicitó a los jueces de la Segunda Sala de la Suprema Corte, que preside Francisco Antonio Jerez Mena, casar la sentencia impugnada y dictar sentencia directa. El Ministerio Público, en cambio, pidió que esto sea rechazado.
Brazoban es de ascendencia haitiana e indocumentada. Sus defensores se amparan en esto para asegurar que es una de las razones por las que la condenaron a 30 años.
El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Manuel María Mercedes, espera que la Suprema Corte de Justicia modifique la sentencia y declare la pena cumplida a la imputada “sobre la base de que el elemento no fue tan grave”. Si entiende que debe casarla y enviarla a una corte de apelación, seguirían clamando por justicia.
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