Opinión
Envidia / Enrique E. De Marchena Kaluche
Por Enrique E. De Marchena Kaluche
Cuando conocí los aprestos de obtener aprobaciones para un Aeropuerto Internacional a 2 minutos de vuelo del principal aeropuerto del país, el Aeropuerto Internacional de Punta Cana(AIPC), mi expresión transcurrida la incredulidad fue, “la envidia mata”. Recordaba yo la frase de ese personaje mexicano El Chavo, que decía “la envidia mata el alma y la envenena”.
Han transcurrido apenas 6 meses desde ese entonces, peor aún, el Mundo y nosotros los dominicanos hemos estado sumidos en una crisis sanitaria y económica causada por la pandemia que acumula 4 de esos 6 meses. Eso no fue suficiente para impedir que ese ignominioso proyecto rompiera el récord mundial de tiempo para aprobaciones. Nos hemos convertido una vez más en “campeones de la bolita del Mundo”.
Primer país que aprueba en apenas 6 meses un aeropuerto internacional porque la aprobación de la Comisión Aeroportuaria no cuenta por legalmente incompetente, “no tiene autoridad para ello” como admitiera la empresa que iniciará por ese camino vecinal los aprestos de obtener autorizaciones.
6 meses que incluyen entre muchas otras, la aprobación del Ministerio de Medio Ambiente, que “celebró” 2 vistas públicas que de públicas no tuvieron nada, y emitió una licencia ambiental fruto de un estudio de impacto ambiental, “convertido en el secreto mejor guardado del Caribe”.
Ni hablar de la aprobación del Consejo de Fomento Turístico(CONFOTUR), violatoria al Artículo 3 de la ley 158-01 y sus modificaciones, entre otros, al no contemplar entre las actividades permitidas a los aeropuertos; más aún una burla a la inteligencia y al bolsillo de nosotros los dominicanos, a la luz del informe del Ministerio de Hacienda, hecho público recientemente, que indica que el Aeropuerto es insostenible financieramente sin la aportación del Estado via los incentivos fiscales, por más de 4 mil millones de pesos.
Cuando pregunte, al enterarme de los aprestos, a 2 altos cargos del actual Gobierno, el porque de esa aventura, su respuesta fue decirme que algunos pensaban que AIPC se había convertido en un monopolio y que había que tomar medidas al respecto. Apenas le razoné 2 cosas, Monopolio viene etimológicamente de único y es obvio que AIPC no es único, porque sólo en el sureste del país hay 2 aeropuertos internacionales mas, AILA y La Romana.
Fui más contundente aún, si a lo que se refieren es a los números alcanzados por AIPC, respondí, con una frase muy americana, “usted no se pelea con el éxito” y además busquen las estadísticas de cuánto representaba el Aeropuerto Internacional de las Américas(AILA) en términos porcentuales, en llegadas de pasajeros al momento de Aerodom tomar la concesión en el 2000, y al momento de venderla con pingües beneficios en el 2008. Esas estadísticas hablan por sí solas. AILA era el aeropuerto líder en llegada de pasajeros al país en el año 2000. Y qué pasó?
Cuando era un jovencito admire mucho a Juan Marichal. Don Juan además era todo un espectáculo en el box, con su pierna alzada, y cuando lo conocí, entendí además porque le llamaban el dandy. Años más tarde fue Secretario de Deportes y surgieron todo tipo de comentarios, de lo absurdo a lo ridiculo. Pensé en su momento, así les pagamos nosotros los dominicanos a las leyendas, mal agradecidos somos.
El país tiene una deuda de gratitud con Frank Rainieri. Siendo yo Presidente de la Asociación de Hoteles del Caribe(CHTA) más de un Jefe de Estado se refirió a Punta Cana como un sueño y a Frank Rainieri como una leyenda en el sector turismo internacional.
Frank no solo ha sido un visionario, convirtió su visión en realidad, tangible y palpable. Convirtió junto a los socios españoles del desarrollo hotelero vertiginoso del este profundo del pais, Barcelo, RIU, Melia, Bahia Príncipe, Matutes, entre muchos otros, “monte y cacatas” en el destino turístico más vibrante del Caribe, Punta Cana, y aquel Aeropuerto con ese diseño tan original y tan dominicano, en el principal aeropuerto del Caribe y CentroAmerica; modelo de gestión pública-privada.
Frank cometió 2 errores, dejó que lo incluyeran en la lista Forbes de LatinoAmerica y eso es un pecado en nuestro país, porque el éxito es pecaminoso, y porque le faltó “tigueraje”, mientras el Presidente Trump reclamo que el tiene más millones que lo que la revista establece, Frank entendiendo la idiosincrasia del dominicano, debió haber dicho que el tenia menos. Pienso que tanto el Presidente Trump como Frank Rainieri hubieran estado en lo cierto.
El segundo error fue no impedir que a su hija Paola la postularán a la Presidencia de Asonahores. Eso no estaba en agenda, sorprendió a la familia, y Paola acepto el reto y lo demás es dolorosa historia para algunos. Paola heredo los genes familiares y la pandemia despertó una silenciosa líder, que ha luchado día a día por su país y su sector, el sector turismo
La realidad sea dicha ni Frank merecía el decreto ni el Presidente Medina debió firmarlo. Yo personalmente nunca pensé que lo firmaría, pues aposté que la aventura terminaba en su despacho, y que diría NO.
El autor es abogado y experto en turismo