Opinión
Francia, tan culpable como Santana, del exilio de los Trinitarios/ Cassandro Fortuna
Toda la culpabilidad del exilio de los Trinitarios, y de que se les declarara traidores, ha sido considerada responsabilidad exclusiva de Pedro Santana, sin embargo fue la posible idea del Cónsul Saint Denis
*Por Cassandro Fortuna MA
LA HISTORIA dominicana ha sido enfática y reiterativa en culpar a Pedro Santana de dictaminar en 1844 el exilio de los trinitario y la consiguiente extinción del espiritu trinitario que hizo posible la fundación dela República Dominicana.
Pero esa culpabilidad histórica contra el llamado “General del Prado”, al que se acusa con carácter exclusivo como único responsable de esa acción política perversa, no se corresponde con la realidad histórica.
Hubo un personaje entretelones, el Cónsul francés Jurechau Saint Denis, que fue el autor intelectual de esa acción. Santana fue el autor material. Ambos culpables de una de las decisiones más viles que recuerde la historia de nuestro país.
Pero hay que añadir que esa decisión contó con el visto bueno de la pequeña oligarquía nacional de entonces, compuesta por muchos extranjeros, entre los que había comerciantes importadores y exportadores, cortaderos de madera, hateros y grandes hacendados. Por supuesto, la iglesia católica también respaldó lo dispuesto por Santana.
El pueblo no hizo nada. No se recuerda una sola manifestación de rechazo a la medida citada. No hay un solo documento en donde conste alguna protesta al respecto. El pueblo de entonces estaba en otra cosa. No estaba al tanto de las maniobras que se entretejían en las alturas del poder. La mayoría, mulata y negra, era analfabeta. No había un solo medio de comunicación y la población estaba desinformada y desorganizada, factores propicios para la acción dictatorial de Santana.
Así, se trató de un juego de poder en el cual la población no tuvo ningún tipo de participación. Santana apresó los trinitarios, incluyendo a Duarte, Sánchez y Mella, y los mandó al exilio bajo la acusación de traidores. En tal caso, según el mismo Santana, lo que procedía era fusilarlos. Pero no lo hizo, seguramente por sugerencia del cónsul francés.
¿Quién era este Saint Denis? Era un miembro del servicio exterior galo que estaba en Haití, y cuando cuando se produjo el golpe de Estado contra Boyer en 1843 fue enviado a Santo Domingo por Levasseur, que era Cónsul en la vecina nación, con la encomienda de hacer las gestiones correspondientes para lograr que Francia obtuviera la Península de Samaná. Para entonces Francia era la nación que tenía más influencia en ambos países. Inclusive en nuestro país había un grupo que propugnaba porque la naciente república fuera un protectorado francés. Eran miembros de este círculo antinacional tanto Santana como Tomás Bobadilla.
Tras la fundación de la República Dominicana Francia estaba punto de lograr su objetivo, pero tenía en contra a los trinitarios. Cada vez que se tocaba el tema del Protectorado francés y la cesión de la Península de Samaná estos se oponían de una forma categórica, alegando la independencia plena de nuestra nación. Eso mantenía en un estado de irritación al Cónsul francés quien había alimentado un gran odio hacia ellos.
El caso es que cuando el 9 de junio de 1844 los trinitarios despojaron del poder a los conservadores y designaron en al presidencia de la Junta Central Gubernativa a Francisco Sánchez. Esa acción molestó sobremanera al grupo de los afrancesados. El momento político se hizo más tenso cuando dicha Junta envió al coronel Esteban Roca para que relevara en el mano a Santana, quien estaba virtualmente sublevado en Baní. Entonces el Cónsul francés y sus socios locales, decidieron darle un golpe de Estado definitivo a los trinitarios y sacarlos de circulación, de una vez y para siempre. Todos los detalles de cómo hacerlo se fraguaron en la residencia de este. El propio Santana, que como dijimos luego de la batalla del 19 de marzo se había enquistado en Baní, en una ocasión fue a la casa de dicho Cónsul para consensuar qué hacer. Allí tramaron todo. Saint Denis aprovechó varios errores de los trinitarios y Santana simuló que retornaría de Baní a la capital para entregar el mando de los ejércitos del sur en la Plaza de Armas (hoy Fortaleza Ozama). Antes de hacerlo sostuvo una reunión con el cónsul Saint Denis.
Llegado el momento de entrega del mando, en la misma ceremonia donde debía hacerlo, Pedro Santana se declaró “Protector de la Patria” Y en medio de un grupo que gritaba ¡Muera la Junta! y ¡Viva Santana! asumió poderes dictatoriales, y decidió la suerte de los trinitarios. Todos fueron enviados al exilio. Incluyendo, por supuesto,a Juan Pablo Duarte, quien en ese momento tenía una fiebre muy alta.
Es obvio que Pedro Santana actuó por mandato del Cónsul francés. La excusa era que la nueva república no podría subsistir por sí sola, sino que para ello necesitaba el apoyo decidido de una potencia extranjera, en esta caso Francia, quien estaba dispuesta a defenderla de cualquier agresión haitiana.
De suerte y manera que cuando se hable del exilio de los trinitarios se debe meter en el paquete a la Francia de entonces. La historia debe ser contada completa. Francia tan culpable como Santana. La primera, autora intelectual, y el segundo autor material. François Pierre Guillaume Guizot, Ministro francés, siempre estuvo al tanto de todo. Y no se puede descartar que la idea de expulsión de los trinitario fuera suya. Pero esta es solo una especulación.
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*El autor es periodista, abogado y tiene un Triple Master en Derecho Internacional, Derechos Humanos y Cooperación Internacional. Ha publicado cinco libros.
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