Semana Santa no es “para descansar y menos para pecar”,

Por Pedro Diógenes Espinal
Exhorto a todos los fieles sin importar a que religión pertenezca a vivir “un renovado amor por Jesús” durante la Semana Santa de este año, y deben recordar que no son días para el descanso ni para el pecado.
En ocasión de la Semana Santa, este tiempo sirve para “estar junto a Jesús y dejarnos tocar por su amor que todo lo renueva y transforma. Repito no son “días para descansar y menos para pecar”.
“¿Cómo descansar cuando Jesús está trabajando con tanto amor y celo por nuestra salvación? ¿Cómo pecar cuando precisamente Cristo está entregando su vida para el perdón de nuestros pecados?”.
Mi deseo es “cada día del Triduo Pascual siembre en nosotros un renovado amor por Jesús, nuestro Salvador y por nuestros hermanos dominicanos”. “Así, que el Jueves Santo nos renueve en nuestro amor a la Eucaristía y en el compromiso por el amor fraterno. Que el Viernes Santo, en compañía de Santa María, nos detengamos a los pies del Gólgota para contemplar al Crucificado y así poder medir hasta el fondo la verdad de las palabras de Jesús: ‘Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna’”.
Y que en el Domingo de Pascua, “celebremos el triunfo del Resucitado y con Él la victoria de la luz sobre las tinieblas, de la gracia sobre el pecado, de la vida sobre la muerte”.
“Asimismo los aliento a que durante la Semana Santa preparemos nuestra Confesión Pascual y nos acerquemos sincera y personalmente a recibir el sacramento de la Confesión”, pues “en estos días santos se trata sobre todo de morir con Cristo a nuestro pecado para resucitar con Él a la vida nueva”.
“Acerquémonos pues confiadamente al confesionario porque como dice un gran Padre de la Iglesia, si en la justicia humana el castigo sigue a la confesión, en la justicia de Dios, la salvación sigue a la confesión”.
Todos los pastores, sacerdotes, religiosos y fieles debemos orar, particularmente al final de la celebración de la palabras de Dios, para que “cesen la Sequía desmedida y los Incendios Forestales en todo el país.
Todos los dominicanos es conocido que República Dominicana hay una sequía prolongada incesante que amenazan todos los cultivos agrícola y están causando temor y dolor a miles de hermanos nuestros por la muerte de sus ganados y suma la preocupación de que no llega las lluvias prolongadas a nuestra montañas para que los ríos aumenten su caudal.
“Por ello quiero invitarlos a todos a que en estos días de Semana Santa, días en que Cristo nos manifiesta su amor, ternura y compasión, invoquemos con confianza al Señor Jesús, que es para nosotros el Señor Compasión para que cesen los incendios forestales y que haya un tiempo apacible en los próximos días, semanas y meses”.
Para ello les solicito que cada día de Semana Santa y mientras sea necesario, recemos la oración que a continuación la digo para implorar un buen tiempo, oración que también debemos rezar en nuestras comunidades y familias”.
“Estoy seguro que el Señor escuchará nuestra oración y nos concederá una vez más su favor”.
Oración para implorar que cesen los incendios forestales y pare la seguía desmedida en todo el territorio dominicano.
Cristo Jesús, que eres para nosotros el Señor Redentor de todo el país, escucha nuestra plegaria confiada en estos momentos en que la Sequía y los Incendios Forestales, que azotan a nuestro País, amenazan nuestros cultivos agrícolas y a miles de redes de hermanos nuestros.
Sabemos que atiendes nuestros ruegos y te compadeces de nuestras dificultades y dolencias. Por ello mira a tu pueblo que confiado recurre a tí para pedirte la gracia de un tiempo bueno y apacible.
En estos días en que celebramos el misterio de tu Amor hasta el extremo por nosotros, el misterio de tu Pasión, Muerte y gloriosa Resurrección, recurrimos a ti, Señor, porque sabemos que nos amas.
Danos, te pedimos de todo corazón, la gracia de un tiempo tranquilo y sereno. Que cesen la Sequía de modo que todos nuestros bosques, montañas, ríos, arroyos y cañadas afectadas por los incendios forestales regresen a la vida normal, los campos se puedan recuperar para las cosechas y tengamos en las carreteras una viabilidad segura. Danos entrañas de solidaridad y caridad para que podamos socorrer a los hermanos por las muertes de sus vacas.
Acoge, Señor Redentor, nuestra plegaria, como tantas veces has respondido positivamente a los ruegos de tu pueblo en rogativa.
Tú que afirmaste la tierra sobre sus cimientos, te pedimos que disipes nuestros temores y escuches nuestras súplicas para que apaciguado el mal tiempo experimentemos constantemente tu misericordia y seguros de tu protección te sirvamos en acción de gracias.
Que te encomiende nuestra oración, tu Madre Santísima, que es para nosotros Nuestra Señora de la Altagracia, nuestra querida Madre, Aquella a quien Tú, como en las Bodas de Caná, nada le niegas (ver Jn 2, 1-11).
Que así sea. Amén.
Fuente: Mons. José Antonio Eguren, David Ramos, Google y Wikipedia
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