Locales

Opinión: Lo bueno de los actos ilícitos

Por Emerson Fortuna Batista

Según sabemos,
los actos ilícitos caen muy mal en la sociedad, pero no del todo, pues existe constancia de que en otra parte de ese mismo cuerpo social  algunos se benefician de ellos, Así, no
es raro encontrar que algunas personas piensen que los actos delictivos, tienen
su lado bueno.


Por ejemplo, los autores de los discutidos actos ilícitos, con los recursos económicos obtenidos, suelen apoyar importantes causas sociales, o contribuir con personas necesitadas, proporcionándoles dinero o bienes materiales, y le suplen su carencias. Así se transportan  a la zona rural, regiones
enteras donde hay personas que viven de manera muy precaria, o de forma patética, y  les resuelven problemas puntuales. En otra modalidad de ayuda,a ciertas gentes le dan  recursos económicos para que se inicien en los negocios, y a otros, simplemente,”le dan cuarto”  para
que se lo gocen de la manera que les dé la gana. De esta forma, parecen
filántropos, gente buena y sana que quiere el desarrollo y bienestar de su país y de su gente.


Pero, también hay que señalar que estos “honestos ciudadanos proveedores”, generan empleos
para personas que realmente lo necesitan.


En esta parte, no podemos dejas
de mencionar sus “megadivas”, las cuales si no están del todo “equipadas” son
cosas que unas pequeñas cirugías de miles de dólares se encargarían de resolver. Los senos, las nalgas, la narzi…cualquier cosa…. todo en aras de su bienestar personal y  salud
mental.


Y este “equipamiento” no se queda allí. No. Es preciso hablar de sus formas de vestir  (todo de marca, y de las más caras) vestidos, zapatos, jeans, camisas, blusas, chaquetas, etc….). Sin dejar de lado los accesorios que acompañan un buen
vestir, como son las gafas, relojes, joyas, entre otros accesorios propios de
las mujeres. 
Y a esto le
acompaña un buen billete para gastar; y ni hablar de los vehículos de lujo, apartamentos
bien amueblados, hasta yates.

Que por cierto,
ninguna de estas mujeres, a la hora de dar la cara, nunca se imaginaron que su
compañero sentimental (sea esposo, novio, amante etc.…) estaba metido hasta el cuello en  asuntos ilegales, hasta ese momento no sabían cómo se ganaba la vida, solo creían que eran
empresarios o accionistas de alguna empresa importante, o compañía millonaria, a las que nunca les interesó ver; nunca hablaron del tema. Su compañero trabajaba, ganaba bastante dinero, y eso a ellas
les bastaba. 

Otra forma de justificar la bonanza económica de su pareja, era
suponiendo que estos hicieron una carrera como otras personas y tuvieron suerte
en la vida y son millonarios, igual que los amigos con los que se codea. No más
de ahí (esto para reírnos un poco en medio de este tema tan complejo, y que
genera  tantastensiones a diferentes niveles).


Un caso, que
llama mucho la atención, es que cuando de repente estos buenos ciudadanos son
apresados (tanto hombres como mujeres) suelen aparecer manifestaciones para
reclamar que estos/as no sean sometidos a la 
acción de la justicia. Esta reacción se produce como una respuesta de
agradecimiento de la gente al apoyo recibido por los ahora imputados, como un acto de solidaridad por el respaldo material que alguna vez recibieron de
esos ciudadanos ahora en desgracia. Una parte de esos beneficiarios sale por esas razones. Otros dan la cara porque tienen la convicción de que sus padrinos, gente adinerada y con influencia, saldrán libres, y quieren que estos los vean en el mal momento, ya que eso puede significar que más tarde, cuando todo vuelva a la normalidad, se les gratifique generosamente. Y no faltan aquellos que constantemente se benefician de los ahora detenidos, gente que todos los días recibía algún beneficio menor, y que ahora con el encarcelamiento inesperado de sus bienhechores,  han perdido  esa “picada.


Por otra parte.
Y volviendo al tema de las “buenas personas” que hacen fortuna a través de actos ilícitos,
algunos de ellos, a medida que van adquiriendo riquezas mediante “su trabajo”
se dan la buena vida, de todas las formas que ellos consideren apropiadas, algo,
que de otra menara, ni en sus sueños más remotos lo habían fantaseado.


Algo más que
debemos mencionar son los funcionarios que reciben dinero que le dan estos
sujetos del crimen organizado, del bajo mundo, mafia…para su campaña,
haciéndole saber de esa forma que ellos creen o simpatizan por su partido, o con
su persona, cuando se produce el escándalo casi todos se quedan callados, y
otros se defienden diciendo que para ellos esas personas eran serias.


Pero como se
puede ver esa forma de vida, (de quienes participan de los actos ilícitos)
tiene dos caras.Está la mencionada, muy bonita ¿no? Pero solo para la parte del mundo
que se beneficia de ella. Y está, por supuesto, la otra cara de la moneda, la del trabajo sucio,
donde está la podredumbre, muertes, destrucción de familias, tristeza,
desolación… 


Y así, como
puede apreciarse, los negocios ilícitos por un lado pueden contribuir con
cierta estabilidad social, y por otro lado la destruye, y todo ocurre dentro
del mismo mundo.  Es decir, desvestir un
santo (con droga, corrupción, asesinato) para vestir otro (suministrar dinero a
quienes lo requieren para levantar negocios y hacer felices a las mujeres mal
equipadas físicamente).


A esto hay que
añadirle el malestar social que genera el enfrentamiento entre los sujetos que
pretenden tener el control absoluto de los negocios ilícitos. Así mantienen una
guerra sorda y sin límites en la que con frecuencia se comenten asesinato o
ajustes de cuentas, en una cadena delictiva que los lleva de un ilícito a otro,
más hondos, mas peligrosos, más graves, en busca de mayores riquezas.


Pero, a la hora de las evaluaciones, es tanto el mal que provocan, que al hacer un balance concluimos entendiendo que ninguna de sus “buenas acciones” justifican los delitos que
arrastran consigo.


Muy a pesar de
esa frase del famoso político y filósofo italiano Nicolás Maquiavelo, según la cual “el
fin justifica los medios”,
 o sea, que el objetivo final es tan favorable, que cualquier medio vale la pena para
lograrlo, el involucrarse en actos ilícitos es tanto así como caminar “sobre el filo de la navaja”.

Algo con este mismo matiz escribió Baltasar Gracián, en su obra Oráculo Manual y arte de prudencia:
“Todo lo dora un buen fin, aunque lo
desmientan los desaciertos de los objetivos
”. ¿En serio? ¿Es así de
simple? Parece que sí, porque  “el tanto
tienes tanto vales” no se puede remediar.


Y muchas
personas dicen que lo que les molesta de las actividades ilícitas, es que a
ellos no los hacen participes de las mismas.


¡Que lastima esa
forma de pensar!, pero es una realidad. Eso, sin pensar donde quedan al final
de los finales en la sociedad.

El autor es abogado

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