Okili Nkoressa, de 10 años, lleva un traje de Yves Saint Laurent. De paseo con su madre y una amiga, causa expectación.
Viven en uno de los países más pobres del mundo, pero visten de Dior, Gucci o Versace. Las mujeres de la Sociedad de Creadores de Ambiente y de los Elegantes (SAPE) ahorran o piden dinero prestado para comprar prendas de lujo (o sus copias) y lucirlas en las calles sin asfaltar de Brazzaville. Son camareras, peluqueras o limpiadoras… y están llenas de creatividad y de orgullo.