SANTO DOMINGO. La historia lo narra. Hubo un presidente de México que era de origen dominicano. Se trata de Emilio Portes Gil, un abogado que gobernó de forma interina el país azteca del 1 de diciembre de 1928 al 4 de febrero de 1930.
Portes Gil nació en Ciudad Victoria, en el estado de Tamaulipas, el día 3 de octubre de 1890. Descendiente directo de Simón de Portes (su abuelo), político originario de República Dominicana, quien en el primer tercio del Siglo XIX salió de nuestro país y vino se radicó Tamaulipas.
Quedó en la orfandad de padre a la edad de tres años y ante el desamparo económico en que se encontraba su familia, fue su madre (también nacida en República Dominicana) la encargada de mantenerlo y de modelarlo en su niñez. Doña Adelaida tomó el timón de la familia y para sostenerla realizó quehaceres, a veces hasta por las noches, de costurera. Contrajo matrimonio con Carmen García González en 1922.
Escribió múltiples artículos periodísticos y dictó conferencias. En los últimos años de su vida, se dedicó a redactar testimonios de las experiencias de su actuación en la vida pública en México. Entre sus obras destacan la “Autobiografía de la Revolución” y “Raigambre de la Revolución en Tamaulipas”.
Trayactoria política y presidencia
En 1918 ocupó la Secretaría de Gobierno de su estado natal. Después del triunfo de la rebelión de Agua Prieta, fue electo diputado y se convirtió en líder de la cámara. Consultor de Gobernación, gobernador de Tamaulipas, diputado, presidente del Partido Cooperatista en 1923 y uno de los jefes de campaña del general Calles en 1924.
Fue director del periódico “El Cauterio” en Ciudad Victoria, Tamaulipas. En 1915 inicia su carrera política como magistrado del Tribunal Superior de Justicia. Fue diputado federal en 1917, 1921 y 1923. El 17 de mayo de 1924 fundó el Partido Socialista Fronterizo. Ejerció fuerte influencia en los gobiernos y en la política de Tamaulipas desde 1928.
Presidencia
Cuando el 17 de julio de 1928 fue asesinado el presidente electo Álvaro Obregón, Portes Gil fue designado por el Congreso para asumir provisionalmente la primera magistratura al terminar el período de Calles. Se hizo cargo del poder el [[30 de noviembre]] y, consciente de la brevedad de su interinato, afirmó que su objetivo más importante era garantizar la limpieza de la siguiente elección presidencial.
Con la presidencia de Portes Gil comenzó el período conocido como “Maximato”, pues detrás del poder se hallaba el “Jefe Máximo” de la Revolución, es decir, Plutarco Elías Calles. Durante su mandato favoreció la fundación del Partido Nacional Revolucionario (precedente del Partido Revolucionario Institucional, PRI) y puso en práctica el ideario reformista de la revolución mediante una intensa acción legislativa. Hubo de enfrentarse a la rebelión cristera, contraria a las políticas laicas; en junio de 1929 firmó un pacto con las autoridades eclesiásticas que apaciguó la situación.
La elección para suceder a Portes Gil se caracterizó por la violencia. Oficialmente se reconoció a Pascual Ortiz Rubio, con quien se pretendía conciliar las diferencias entre callistas y obregonistas. Esto ocasionó que un grupo al mando del general Gonzalo Escobar se levantara en armas. La rebelión fue sofocada y el Partido Nacional Revolucionario salió fortalecido. Portes Gil entregó el poder el 5 de febrero de 1930 y fue, más tarde, secretario de Gobernación con el presidente Pascual Ortiz Rubio y primer representante de México acreditado ante la Liga de las Naciones (1931-1932).
Después de la presidencia
Una vez terminada su administración, Portes Gil fue Secretario de Gobernación del Presidente Ortiz Rubio, Presidente de Cómite Ejecutivo del Partido Nacional Revolucionario, Ministro Plenipotenciario en Francia, Procurador General de la República y Secretario de Relaciones Exteriores, puestos que ejerció en diversos gobiernos, ocupando además otros cargos de relieve nacional.
Al poco tiempo de haber cumplido los 88 años de edad, fallece en la ciudad de México el 10 de diciembre de 1978.