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Los doctores detectan “anomalías cerebrales” en las víctimas de los supuestos ataques invisibles en Cuba

Al tiempo que se deterioran las relaciones diplomáticas entre EE UU y Cuba, corre por un arroyo subterráneo un misterio de espías del que van aflorando salpicaduras a la superficie. La agencia Associated Press ha informado de que, según fuentes médicas, al menos parte de los 24 funcionarios y familiares de la embajada de EE UU en La Habana que se vieron afectados por un supuesto ataque de naturaleza desconocida presentan “anomalías cerebrales”.
Al explotar el caso, el verano pasado, las fuentes del Gobierno de EE UU trasladaban a los medios la idea de un posible “ataque sónico o acústico”. A estas alturas, tras la respuesta en las últimas semanas del Gobierno de Cuba de que no existe modo físico para realizar un ataque acústico como el especulado y su denuncia de que Washington no ha presentado además ninguna prueba que fundamente ese supuesto, Associated Press precisa que las fuentes de la investigación ya prefieren no hablar de “ataques sónicos”. Pese a que los afectados –algunos con pérdidas auditivas– han dicho a médicos e investigadores que experimentaron extraños sonidos focalizados y vibraciones en sus cuartos, tales fenómenos acústicos también podrían ser una derivación colateral de otro fenómeno físico no identificado del que no ha trascendido si existe alguna teoría.
Además de los 24 afectados relacionados con la embajada de EE UU, también Canadá ha reportado que personas relacionadas con su legación han padecido problemas similares –si bien no ha afirmado que haya detectado alteraciones cerebrales como las que ahora se mencionan entre los estadounidenses–. Ninguno de los dos países ha acusado a Cuba de estar detrás de estos sucesos, pero Washington ha responsabilizado a La Habana por, supuestamente, no haber cumplido con su deber de proteger a su personal. Desde el inicio del caso, se ha barajado la posibilidad de que tras lo ocurrido pudiera estar el espionaje de algún tercer país como Rusia, Corea del Norte o Irán.
La novedad que aporta la exclusiva de Associated Press es la concreción cada vez mayor del tipo de lesiones sufridas por los estadounidenses. No se sabe si todos o solo algunos las padecieron, ni se ofrece ninguna posible explicación de los daños. Pero se detalla que los estudios han hallado daños o alteraciones en la sustancia blanca del cerebro, la materia que constituye un 60% del órgano y que comunica la materia gris con otras partes del cuerpo. Junto a las carencias auditivas, las víctimas presentaron otros problemas como náuseas, pérdidas de memoria y desequilibrio.
La investigación médica la están llevando a cabo las Universidades de Miami y de Pennsylvania, que próximamente publiacarán un artículo sobre el tema en la revista médica Journal of the American Medical Association. La investigación de las causas corre a cargo del FBI.
elpais.es

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