Opinión

Restauración, sustentación del Pensamiento Liberal/ Roberto Rosado

Roberto Rosado Fernández
educador


La Restauración es, tal vez, el acontecimiento más importante del siglo XIX. Es la sustentación por un grupo de patriotas dominicanos del principio de libertad, de independencia y de soberanía trabajado por Juan Pablo Duarte desde su ideario, su escuela política y la Trinitaria. Es la respuesta de la sociedad dominicana a la vil acción de Pedro Santana de entregar la nación, con apenas 17 años de haber nacido, al imperio Español el 18 de marzo de1861.


Es la respuesta de la sociedad urbana y rural al interés denodado del conservadurismo de entregar los logros obtenidos el 27 de febrero de 1844 a cualquier nación poderosa ya sea Francia, Inglaterra, España o Estados Unidos, quien ya andaba en esos aprestos.


El proceso restaurador es la respuesta organizada del pueblo dominicano representado por la pequeña burguesia liberal, de rechazar por las armas la decisión de Santana de entregarnos a España por beneficios personales y de grupo y la presencia del ocupante que nos veía con desprecio y, mucho menos aplicó ningún plan para desarrollar el territorio que volvía a ser su colonia, luego de entregarla a Francia mediante el tratado de Basilea en 1795,recuperada por los conservadores encabezados por Juan Sanchez Ramírez, abandonada durante la denominada España Boba, lo que, a su vez, provocó la acción de Núñez de Cáceres ,quien quiso sin éxito adherirla a la Gran Colombia de Simón Bolívar. Esta iniciativa nos dió la condición de “dominicano “pudiéndola defender durante 22 años de ocupación haitiana, vejada y maltratada por los Españoles dirigidos por Buseta y La Gándara en el período 1861-65.


La restauración es pues, un episodio a recordar con mucho respeto y vehemencia. Las proclamas de Sánchez declarando a Santana, ”traidor”, “plagiario de los tiranos”, “déspota” y de haber provocado “la muerte de la patria”, unida a la actitud decidida de otros patriotas en Moca, San Francisco de Macorís, Neiba y otros, más el asesinato de Sánchez y sus compañeros hechos prisioneros en El Cercado, juzgados y asesinados en San Juan de la Maguana , es una muestra fehaciente de lo profundo que había calado en la juventud pequeño burguesa la idea de que “ la patria debía ser libre e independiente de toda potencia extranjera o que se hunda la isla”, aquella frase que Duarte utilizó en la formación de los cuadros miembros del grupo secreto llamado “La Trinitaria”, instrumento político que organizó al pueblo e impulsó, utilizando estrategias diversas y tácticas oportunas, el ideal de república que ahora, en el proceso restaurador se asume con tanta decisión y lealtad.


Con machetes, piedras, cuchillos, trampas, fuego desde el uso de guerrilla urbano y rural, bajo la dirección de un puñado de hombres como Polanco, Luperón, De Jesús García, evangelista, Salcedo, Pimentel, Mella, Monción entre otros se impidió el avance del ocupante español y sus adláteres
dominicanos hacia la permanencia definitiva en nuestro territorio y su consecuente dominio colonialista.
Es esta lucha antiimperialista, nacionalista, de liberación nacional, democrática, progresista, libertaria e integradora de lo urbano y lo rural la que debemos resaltar en el presente histórico.
La Escuela dominicana debe ir a los documentos que analizan esta gesta nacionalista, discutirlas en las aulas para que, su comprensión permita hacerse dueño de la idea de defender la concepción de república libre, soberana e independiente de toda nación extranjera por poderosa que esta sea.
El profesor, sobre todo de Ciencias Sociales, debe apropiarse de estos ideales, hurgar en textos de enfoques críticos para provocar el debate diario que genere inquietud en los discentes, buscar respuestas de las razones de nuestra condición de república, por qué debemos defender por siempre nuestra condición de independiente.


Hacer este ensayo ayudaría a cumplir con lo que establece el currículo vigente” la formación de un hombre critico” capaz de producir los cambios que la sociedad espera.
De hacerse esto, estoy más que seguro que aquellos hombres y mujeres que ofrendaron su vida por la defensa intransigente de la patria estarán en pleno descanso en su morada a sabiendas de que su sacrificio encontró eco en las generaciones subsiguientes.


Ese compromiso les corresponde a la escuela y esa obligación a los profesores del Área de Ciencias Sociales.


De esta manera se hará patria y los hechos le harán honor a la palabra.

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