El 56 aniversario de la muerte de Trujillo pasó este año mas desapercibido que nunca lo que indica que el fantasma histórico de Trujillo virtualmente se ha esfumado de la vida nacional.
Hasta hace poco cada vez que e cumplía un aniversario del tiranicidio la gran prensa dominicana le dedicaba amplios reportajes. Se entrevistaban personajes de la época en la cual la dictadura enseñoreaba sobre la sociedad dominicana y se reseñaba el rol heroico de quienes mataron al hombre que gobernó con mano de hierro por más de 30 años la República Dominicana.
El año pasado murió el general Antonio Imbert Barreras, el único héroe nacional sobreviviente de la gesta del 30 de mayo del 1961. En esa fecha dicho general y otros dominicanos ajusticiaron al tirano dominicano desencadenando la caída de la tiranía.
Al parecer la muerte del general Imbert Barreras cerró una época de la historia dominicana, pues estuvo vivo la sociedad civil dominicana también mantuvo vigente su compromiso de destacar el papel jugado por los ajusticiadores del sátrapa. Ya no hay héroes. Ya o hay recuerdo.
Se podría decir que este año marcó el entierro de la gesta de 1961 y el archivo histórico de uno de los eventos más trascendente de la historia dominicana del siglo pasado.
Para explicar la apatía actual hacia la efeméride que comentamos habría que sopesar algunos factores que inciden de una forma determinante para que el tema histórico del trujillismo haya pasado a un segundo plano.
1. Han pasado ya dos generaciones del tiranicidio. Aquellos que nacieron el día que mataron al tirano tienen hoy 56 años de edad. Eso quiere decir que tienen todo ese tiempo escuchando hablar del mismo tema y por lo tanto ya están saturados.
2. Una buena parte de la gente que vivió la dictadura de Trujillo ha muerto y por lo tanto su ausencia debilita las historias y anécdotas sobre la dictadura, con lo cual el relato oral de la satrapía , que actualizaba esa época histórica, ha desaparecido. Tampoco existen los típicos personajes de la época, aquellos que el pueblo señalaba como trujillistas, y que hasta hace unos pocos años andaban por ahí entre nosotros, buscando una oportunidad para colarse en la vida pública nacional
3. El mundo vive otro momento histórico. Las dictaduras son cosa del pasado. La sociedad dominicana de hoy ha olvidado esa etapa de la historia y se lanza con fuerza en los brazos del siglo XXI en búsqueda de nuevas opciones históricas.
4. El país tiene sus intereses puestos en otro asuntos. Tenemos nuevas figuras contemporáneas que ya no tienen nada que ver con la dictadura de Trujillo, ni como héroes ni como Villanos; así la sociedad de hoy ha perdido el contacto con ese pasado que le parece remoto.
5. Trujillo y el trujillismo ya son definitivamente historia en la República Dominicana. o tienen relación con el mundo contemporáneo y por lo tanto cada vez importan menos.
6. La sociedad dominicana está concentrada en el presente y así será cada vez más. Hoy el pueblo dominicano está pendiente al tema de los procesados por los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, fenómeno que no tiene nada que ver con Trujillo o su dictadura de 31 años.
7. Trujillo ha muerto. Ha perdido su vigencia en la vida dominicana. Ahora ya está muerto en la conciencia y psiquis de la sociedad dominicana. Aunque como ser histórico sigue vivo. Todo el que quiera encontrarlo tendrá que ir a os libros de historia. Ahí es donde vive, definitivamente, ahora.
