Diferentes universidades y grupos de investigación recaban informaciones que atestiguan que el mes de nacimiento y la estación del año determinan si en el futuro seremos optimistas o negativos, fuertes o enclenques, brillantes o mediocres.
Sobre todo ponen de manifiesto que las enfermedades están relacionadas con la exposición a ciertos factores ambientales que varían a lo largo del año.
Julio sería el mejor mes para nacer. De hecho, según la clínica de reproducción asistida Ginefev, en ese mes los tratamientos de fertilidad se incrementan 12%. “Es una época óptima para iniciar un embarazo, puesto que facilita los dos parámetros recomendados: ingesta diaria de frutas y verduras, y relajación para evitar el estrés y el desequilibrio hormonal que dificultaría la ovulación”.
Por el contrario, nacer en abril, según un estudio de la Universidad de Texas, conlleva mayor propensión al alcoholismo y desórdenes de alimentación.
El neurólogo británico George Ebers, de la Universidad de Oxford, encontró una incidencia 50% mayor de esclerosis múltiple en los niños nacidos en abril que en los que nacieron en noviembre. Podría deberse a que parte de la gestación transcurre en invierno, con pocas horas de luz.
