El silencio de Fernando Fernández podría estar hablando por sí solo. Fernando Fernandez es el actual Director General de Aduanas y que recientemente le dijo al país que los senadores Reynaldo Pared Pérez y Charlie Mariotti le habían vendido a los empresarios el proyecto de ley general de aduanas.
Con ello los presentó ante el país como dos vulgares mercaderes de las leyes en la República Dominicana.
Se trató de una imputación muy grave que no ha desmentido. En tanto los aludidos han reaccionado con posturas diversas: fueron donde el Procurador General de la República para que los investigara. Propusieron que el funcionario referido fuera interpelado en el Senado.Lo intimaron a que se retractara. Pidieron al Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que los liberara de sus responsabilidades partidarias. Lo último que han dicho es que solo el Presidente Danilo Medina podría evitar que el señor Fernando Fernández sea sometido a la justicia.
En medio de toda esa situación, recogida por todos los medios de prensa del país, el Director General de Aduanas ha guardado un hermético silencio.
Hay una expresión muy respetada, según la cual “el silencio es más elocuente que la palabra”. De acuerdo con este aforismo el silencio de Fernando Fernández estaría hablando. ¿Qué estaría diciendo este silencio? Que él ya dijo lo que tenía que decir. El turno le corresponde a los acusados. Ellos deben admitir los hechos o negarlos y pedir dos cosas; primero, una retractación por parte del acusador, como un modo de reparar el daño, y segundo, someterlo a la acción de la justicia por difamación. Ellos han hecho lo primero, pero no lo segundo. Habrá que ver si lo harán.Si lo hacen tendrán que ir a los tribunales. Entonces, en la instancia judicial, Fernando Fernández tendría que presentar las pruebas que avalen sus imputaciones o retractarse. Así el país sabría, con certeza, si los senadores Reynaldo Pared Pérez y Charlie Mariotti son los hombres íntegros que todos creemos que son o si en verdad son dos farsantes.También sabríamos si Fernando Fernández acusó con pruebas o si solo se trató de imputaciones temerarias que luego no pudo sustentar.
Esta película, pues, está de lo más buena.
Mientras tanto Reynaldo y Mariotti están en pie de guerra, ora a la ofensiva, ora a la defensiva.
EL GRANERO, por el momento, solo quiere evaluar el silencio de Fernando Fernández, quien hasta ahora ha demostrado que no es ningún lunático. Es un hombre lúcido, con los pies sobre la tierra. Su silencio habla por sí solo. Si Reynaldo y Mariotti son inocentes que lo lleven a los tribunales, para ver si es verdad que el gas pela, como dice el refranero popular. Si eso ocurre se sabrá quien es quien.
