Gran consternación abate la comunidad de San Felipe de Puerto Plata luego de que se conociera el hecho de que Natalio Bravo, un joven de la comunidad, mató a su también joven esposa, Dilenia Pascual, a quien descuartizó y luego echó sus restos a una piara de cerdos para que se los comieran.
Tras cometer el hecho Natalio Bravo se suicidó, lo que indica que se trató de un crimen pasional, de esos tan comunes entre ciertas desgraciadas parejas.
Hace poco se produjo un hecho tan dramático como ese en San Juan de la Maguana, pero aquí se cambiaron los papeles ya que el muerto fue un hombre. La señora María Altagracia Villegas, ofuscada por los celos, ya que su esposo, el profesor José Aaddames, tenía una novia, lo asesinó con la complicidad de un hermano (de ella). Ambos le dieron más de 20 puñaladas y luego tiraron su cadáver a un rio. Posteriormente se supo toda la verdad.
En uno y otro caso hay una característica común y es la saña con la cual la pareja ofendida reaccionó frente a su ser amado, supuestamente.
Natalio cometió el asesinato e inmediatamente se ahorcó. María Altagracia pretendía burlar las autoridades haciendo creer que su esposo había sido secuestrado y luego asesinado.
El cuerpo descuartizado de Dilenia fue encontrado entre la comida de los cerdos en Puerto Plata. Se desconoce el lugar exacto donde se produjo la tragedia, pero se presume que fue en la casa de ambos.
